SANTO DOMINGO.-El Centro de Investigación Para la Acción Femenina (CIPAF) presentó este jueves los resultados del “Estudio Monitoreo de la presencia de los enfoques machistas en los medios de comunicación dominicanos”, una investigación realizada con el apoyo de la Asociación Galega de Comunicación para o Cambio Social (AGARESO) donde quedaron evidenciadas las distintas manifestaciones machistas que persisten en la producción y difusión de los contenidos en los medios de comunicación de mayor influencia de la República Dominicana donde, entre otros hallazgos, se evidenció que sólo en un 21% de los casos las mujeres son usadas como fuentes en los medios de comunicación.
El estudio es autoría de las periodistas Millizen Uribe y Ramieri Delgadillo y la productora de radio y televisión, Jolie Ventura, que como consultoras especializadas en enfoque de género, han propuesto aprovechar la experiencia acumulada en la realización de un seguimiento a medios de comunicación (radio, televisión, prensa escrita y redes sociales), con el fin de identificar estereotipos y medir el trato que dan la prensa y los programas de radio y televisión a hombres y mujeres, y su nivel de impacto en el imaginario colectivo.
Para la realización de este estudio monitoreo las investigadoras explicaron que se recopilaron datos de un total de 153 emisiones, de las cuales 27 corresponden a prensa escrita, 36 son de radio y 90 son de televisión.
Entre ellos, 27 están dedicados al entretenimiento, 9 se enfocan en espectáculos, 18 abordan temas políticos, 18 se centran en política social y 81 ofrecen variedades.
Entre los principales hallazgos se encuentran datos sobre la cantidad de mujeres y hombres que integran los equipos de programas de comunicación estudiados en la muestra revelan una distribución desigual de género.
En cuanto a la presencia de mujeres, solo un 13.7% de los programas tienen entre 4 y 6 mujeres en sus equipos; en contraste, la mayoría de los programas, aproximadamente el 62.4%, tienen entre 4 y 6 hombres en sus equipos, lo que sugiere una presencia considerablemente mayoritaria de hombres en comparación con las mujeres.
Asimismo, en las imágenes de los periódicos encontramos 3,110 hombres (72.07%), en contraste con solo 1,205 mujeres (27.93%). Igualmente las mujeres solo son usadas como fuentes en un 21.08% de los casos versus un 78.92% de hombres.
En relación al porcentaje de personas invitadas a los programas, queda en 76.83% hombres y 23.17% mujeres. El elemento más importante de la prensa escrita, que son las portadas, son protagonizadas por hombres, tanto desde el punto de vista cuantitativo (244 hombres versus 60 mujeres) como desde el punto de vista cualitativo.
En cuanto a los techos de cristal se evidenció una clara tendencia hacia una representación desequilibrada en términos de género en los roles de liderazgo y dirección dentro de estos entornos laborales.
De un total de 153 productos, se encontró que 117 (aproximadamente el 76.5%) son liderados por hombres, mientras que únicamente 36 (alrededor del 23.5%) por mujeres.
“Las mujeres hablan menos y por mucho menos tiempo que los hombres. También el estudio evidenció que las que tienen menos participación en la parte interactiva de los espacios y sus comentarios suelen estar sometidos a cuestionamiento por parte de sus pares masculinos”, indicó Uribe.
Además, en 42 de los programas analizados, se identificaron comentarios denigrantes o estereotipados sobre el género femenino que reflejan actitudes machistas o sexistas. Este tipo de comentarios a menudo son disfrazados como chistes, mitos, o como elementos característicos de la cultura dominicana.
En relación a las manifestaciones de cosificación sexual, unos 17 programas de televisión, dos programas de radio y un periódico exhiben el cuerpo de las mujeres de manera frecuente. Esta exposición puede variar desde la presentación de imágenes sexualizadas hasta la objetivación del cuerpo femenino, contribuyendo así a la normalización de estándares poco realistas de belleza y alimentando la presión social sobre las mujeres para que se ajusten a estos ideales.
Se identificaron además, comentarios sobre el cuerpo de la mujer en 17 programas de radio y 25 televisivos. En contraste con el enfoque predominante en la exhibición y la objetivación del cuerpo femenino, se observa una diferencia notable en la representación de cuerpos masculinos en los medios de comunicación en la muestra. Aunque se detectó algún tipo de exhibición de cuerpos masculinos en tres programas, estos casos son significativamente menos frecuentes en comparación con la atención centrada en la sexualización y la vulnerabilidad de las mujeres.
Asimismo, se identificaron comentarios de índole sexual y estético en 22 programas, sugiriendo una preocupación por la objetivación y sexualización de las mujeres en los medios de comunicación.
En los roles de género se identificaron comentarios y contenidos relacionados con la vulnerabilidad psicológica, física o económica de la mujer en 27 programas. Estos comentarios pueden perpetuar estereotipos y prejuicios sobre la debilidad o la dependencia de ciertos grupos de personas, lo que podría contribuir a su marginalización.
“Este hallazgo refleja la persistencia de los roles de género tradicionales que asignan a las mujeres la responsabilidad principal del cuidado de la familia y el hogar. En el caso de los hombres, se identificaron estereotipos de estatus simbólico en 25 programas y estereotipos de estatus político en 13 emisiones, lo que indica una presencia de representaciones masculinas asociadas al poder y a la influencia”, resaltó Delgadillo.
La directora ejecutiva de CIPAF, Syra Taveras Pineda resaltó que se podrá constatar en este estudio, la gran mayoría de los medios tienden a repetir y promover estereotipos machistas en sus informaciones.
“Es por ello que para el CIPAF es vital visibilizar estos datos, y a partir de su análisis, aportar observaciones y sugerencias para la mejora de las líneas editoriales del país. Con este estudio motivamos a que como los agentes de cambio y transformación cultural que son los medios de comunicación, se impulse el reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres, fomentando un cambio en la percepción y erradicación de la violencia contra mujeres y niñas, fortaleciendo así nuestra democracia y dando paso a una sociedad más justa y equitativa para todas las personas”, afirmó Taveras Pineda.