Aníbal López, reconocido como el último «hombre rana» en servicio activo, murió este sábado.
Estos hombres, que se dispersaron tras la revuelta de abril, formaron la unidad esencial que respaldó al coronel Francisco Caamaño, y fueron una fuerza primordial de soporte a la comunidad civil.
En 2009, con la presentación del libro «La Leyenda de los hombres rana» escrito por Ángel Lockward, Leonel Fernández tomó la iniciativa de reunir a estos héroes en diciembre de ese año. Esta reunión marcó el regreso de muchos a su tierra natal después de un exilio que para algunos duró más de cuatro décadas. Sin embargo, días antes de la reunión, su comandante, Manuel Montes Arache, falleció. Aníbal López estuvo presente en su funeral.
El propósito original de reunirlos y otorgarles una pensión como reconocimiento por parte de la República no se llevó a cabo. No obstante, en una reunión posterior, Leonel Fernández escuchó las valientes historias de estos hombres y, como resultado, todos fueron declarados héroes nacionales, reinstaurados como oficiales y posteriormente retirados. Debido a un curioso desliz, el coronel Aníbal López permaneció en activo y lamentablemente falleció vistiendo su uniforme.
Los ciudadanos podrán rendirle sus respetos en la Funeraria Blandino.
