En los accesos de la basílica de San Pedro del Vaticano se forman colas desde la madrugada de este lunes para despedir al papa emérito Benedicto XVI, que murió el pasado sábado. La despedida durará tres días, y el 5 de enero se celebrará el funeral.
Benedicto XVI será enterrado en una cripta bajo el presbiterio, como él mismo deseaba. Se trata del lugar de descanso original de su predecesor Juan Pablo II, cuyos restos fueron trasladados a la parte superior de la catedral después de que este fuera beatificado en 2011, precisamente por Benedicto XVI.
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El arzobispo alemán Georg Ganswein reveló que las últimas palabras de Benedicto fueron «Señor, te amo».
Benedicto, que fue el primer pontífice en renunciar al cargo en seis siglos, nació el 16 de abril de 1927 en el municipio de Marktl, Alemania, y fue obispo de Roma y cabeza de la Iglesia católica desde 2005 hasta 2013. Su papado se enfrentó a varios desafíos, como los debates divisivos sobre la dirección de la Iglesia y los efectos del escándalo en torno a la gestión del Vaticano de los numerosos casos de abusos sexuales por parte de sacerdotes.
