sábado, abril 27, 2024
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Historia de la Cirugía Estética

La cirugía estética es una especialidad de la cirugía plástica, orientada a la mejora de la apariencia de ciertas partes del cuerpo, ​ por medio de procedimientos quirúrgicos. Tiene un gran desarrollo en países latinoamericanos como Colombia, México, Brasil, Venezuela, Perú, Chile y Argentina y en países europeos como España, que cuentan con cirujanos plásticos que han hecho importantes aportes a la cirugía plástica mundial.

Los inicios de la cirugía plástica proceden de dos mil años antes de Cristo.

Al principio, se practicaba con el objetivo de corregir el aspecto de las lesiones o heridas que se podían producir por el ecosistema, en caso de los cazadores y recolectores, o por otras personas, en el caso de batallas entre clanes, donde podían haber amputaciones o mutilaciones; por otra parte uno de los castigos más habituales en las civilizaciones antiguas. Uno de los casos de ejemplo y más representativo de estos tipos de castigos, lo encontramos en los antiguos reinos indios, que tenían la costumbre de cercenar la nariz o las orejas, como castigo o compensación por ciertos delitos que pudieran cometer los penados o acusados.

El Susruta Samhita, un texto sánscrito atribuido a Súsruta, uno de los fundadores de la medicina ayurveda (medicina tradicional y alternativa originario del subcontinente indio), ya recoge las primeras intervenciones quirúrgicas realizadas por aquel entonces, como la rinoplastia y la queiloplastia.

En el Imperio Romano valoraban la labor del cirujano, máxime cuando era capaz de disimular u ocultar las cicatrices que podían tener los legionarios. Pero también se disfrazaban las marcas que obtuvieran los esclavos, cincelados con una plancha candente. Durante el Imperio Romano la cirugía estética llegó a adquirir tal relevancia, que incluso el emperador Justiniano II se sometió a una rinoplastia, después de que perdiera la nariz en una batalla.

Durante toda la Edad Media las intervenciones estéticas fueron consideradas una práctica obra del demonio, que atentaban contra la Iglesia y la obra divina, por lo que fueron prohibidas por el Papa Inocencio III.

No es hasta el Renacimiento, que resurge la cirugía estética, especialmente en el centro de Europa.

En el siglo XVIII se legalizó la cirugía plástica en Inglaterra, bajo el reinado de Jorge IV, según figura en un artículo publicado en la revista The Gentleman’s Magazine. Posteriormente, en el año 1822, Johann Friedrich Dieffenbach,​ un cirujano de origen alemán, conocido por ser un innovador en la especialidad y cuyos avances en la cirugía habían conseguido fructíferos logros, le dio el impulso definitivo que la convirtió en una herramienta estética que ayudaría, sobre todo, a las víctimas de las dos grandes guerras que estaban por venir.

Corre el año 1845, cuando en Europa se realiza la primera intervención conocida, y con éxito, de una otoplastia (una operación de orejas).​ Esta operación exitosa marca un hito que facilita que otras técnicas de intervención más elaboradas, como la Rinomiosis,​ cuyos buenos resultados y la ocultación de las cicatrices características, después de una operación de este tipo, beneficiaran notablemente en la mejora del ánimo y de la psicología de quienes se sometían a este tipo de operaciones.

En la Primera Guerra Mundial la cirugía plástica adquiere la relevancia, la proyección, y la utilidad, de la que goza en la actualidad. El ingente número de soldados mutilados y desfigurados, hizo necesaria la creación de centros especializados en cirugía plástica y reconstructiva. Es en muchos de estos centros donde se formaron algunos de los profesionales más prestigiosos e innovadores de la especialidad. En 1921, tras el final de la guerra, aparece la primera sociedad de cirugía plástica en EE.UU: La American Association of Oral and Plastic Surgeons.

En el transcurso de la Segunda Guerra Mundial se amplía el campo de la cirugía plástica, que durante la primera gran guerra se había limitado a las reconstrucciones maxilofaciales, los injertos y las quemaduras.

La acreditación como Cirujano Plástico, Reconstructivo y Estético, está supervisada por la Sociedad de Nacionales:

En España es La Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reconstructora y Estética (SECPRE). La (ASPS) en Estados Unidos, (AMCPER) México, (SBCP) Brasil, (SCCP) Colombia, (SACPER) Argentina, (SODOCIPRE) Rep. Dominicana; entre otras.

Pero todas están regidas por una Federación Internacional de Cirugía Plástica (FILACP), que acredita y controla estas sociedades.

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