sábado, junio 29, 2024

Iniciativa buscaría bajar porcentaje para ganar en primera vuelta complicaría reforma constitucional

La reducción del porcentaje mínimo para ganar en primera vuelta sería uno de los puntos de mayor conflictividad en una eventual reforma política que se discuta en el Congreso Nacional como parte de los cambios constitucionales que busca el presidente Luis Abinader.

En el tapete está la idea de bajar ese porcentaje del 50 por ciento más un voto que se estableció en la reforma constitucional apresurada de 1994, para fijarlo en 45 por ciento o una diferencia de diez puntos porcentuales del primero sobre el segundo candidato más votado en unas elecciones.

Esta idea ya se barajó en el pasado reciente, pero solo quedó en eso, lo que no evitó que sectores políticos adelantaran su oposición, al entender en ese momento que el Partido Revolucionario Moderno (PRM), recién instalado en el Gobierno, pretendía “hacerse un traje a la medida”.

En consecuencia, el tema salió rápidamente de los medios de comunicación y del debate político, ya que, además de los reparos inmediatos, el ambiente no estaba dado para una reforma constitucional.

Si bien el jefe del Estado tiene la mira puesta en dos elementos fundamentales para la reforma constitucional como son los llamados “candados” para evitar cambios antojadizos a la carta magna, así como una mayor independencia del Ministerio Público, es muy probable que, abierto el debate, en la asamblea revisora surjan muchas más cuestiones.

De hecho, se han adelantado otros temas que no parecen interesarle al presidente Abinader, pero sí a legisladores y otros sectores, tales como la posibilidad de reducir el número de diputados, y eventualmente el congreso unicameral.

Este último aspecto no parece tener muchos adeptos, al considerarse que el congreso con dos cámaras le da más sentido a la democracia, aunque en el continente americano son menos los regímenes con el legislativo dividido en Senado y Cámara de Diputados.

Entre estos se cuentan Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Estados Unidos, Haití, México, República Dominicana, Paraguay y Uruguay.

Mientras que los parlamentos unicamerales predominan en centro y Suramérica, tales como Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Bolivia, Ecuador, Perú y Venezuela.

En la República Dominicana, el sistema bicameral ha sido el predominante en casi toda su vida republicana.

Doble vuelta

Lo relativo a la doble vuelta, legisladores y políticos entienden carente de sentido la existencia de esa barrera tan elevada, basados en que, desde su implementación en 1996, sólo se ha necesitado precisamente en ese año, cuando se midieron los candidatos José Francisco Peña Gómez y Leonel Fernández, resultando elegido este último para el primero de sus tres periodos presidenciales con una intermitencia.

De hecho, es la única de las reformas políticas introducidas en aquel año convulso que se ha mantenido a pesar de la inutilidad práctica que ha evidenciado con el tiempo.

Junto a esta se introdujeron otras prácticamente inservibles que duraron poco, como los colegios electorales cerrados y la división de tandas por sexo, adoptadas como supuesto antídoto contra los fraudes electorales atribuidos al presidente Joaquín Balaguer y al Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).

La otra reforma fundamental fue la prohibición de la reelección consecutiva, pero esta voló en el 2002 con el cambio patrocinado por Hipólito Mejía que estableció el modelo de dos periodos y nunca más, el cual también desapareció en la nueva constitución de 2010 auspiciada por Leonel Fernández.

Esta modalidad volvió a desaparecer cinco años después con la enmienda de Danilo Medina para restablecer los dos términos seguidos y nunca más, el que sigue vigente.

Doble vuelta y clientelismo

Para muchos, el mantenimiento del sistema de doble vuelta solo ha servido para fomentar el clientelismo y el reparto, ya que el grueso de los partidos llamados emergentes se alinea con el oficialismo desde la primera vuelta, integrando un bloque electoralmente dominante.

La historia se ha repetido en reiterados procesos, destacándose los bloques encabezados en su momento por Fernández y Medina, quienes armaron coaliciones desde el poder que resultaron invencibles.

Y se reiteró en los comicios recientes, en los que el presidente Abinader acudió respaldado por 22 organizaciones, el más amplio bloque partidario de la historia del país, con el que logró su reelección con el 57 % de los votos.

En atención al esfuerzo del candidato puntero para la conformación de una oferta electoral de amplia base, muchos preguntan si tiene sentido mantener el 50% más un voto, sistema que ha ido desapareciendo en América Latina.

Balotaje en el continente americano

El sistema de doble vuelta o balotaje está vigente en 14 países, en la mayoría de los cuales, con excepción de Haití, el candidato puntero puede ganar entre 40 y 45 por ciento o 10 puntos porcentuales por sobre el segundo más votado.

En la actualidad opera el sistema de doble vuelta en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Haití, Guatemala, Perú, República Dominicana y Uruguay.

No tienen balotaje Canadá, Estados Unidos, México, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay y Venezuela, entre otros.

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