Redacción.- El atentado que sacudió un evento en Pensilvania donde se encontraba el expresidente Donald Trump , justamente cuando se dirigía a una multitud de simpatizantes ha revivido recuerdos de otros intentos similares de asesinatos y magnicidios que han sacudido a la nación a lo largo de la historia.
Durante el discurso de Trump, se escuchó un disparo y el mismo fue evacuado de inmediato por su equipo de seguridad, resultando herido en la oreja derecha.
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Uno de los casos fue el intento de ataque contra la exvicepresidenta Cristina Kirchner de la Nación de Argentina, quien fue sorprendida la noche del 1 de septiembre del 2022, por un hombre con una arma Bersa 380, quien le apunto al rostro, pero el arma no disparo.
El autor del hecho fue identificado como Fernando Andrés Sabag, un ciudadano nacido en Brasil y nacionalizado en Argentina.
Asimismo, el del expresidente de la República Federativa de Brasil, Jair Bolsonaro, quien fue apuñalado durante un mitin en el municipio Juiz de Fora (Minas Gerais, sudeste de Brasil) por un desconocido que salió de la multitud, un hecho registrado el 6 de septiembre 2018.
Las imágenes, que rápidamente se difundieron por las redes sociales, mostraron cómo en un descuido el político de la ultraderecha es herido con un cuchillo en el abdomen mientras era alzado en hombros por uno de sus colaboradores.
Además, el presidente venezolano Nicolás Maduro, justamente cuando se encontraba emitiendo un discurso ante un desfile militar en la Avenida Bolívar, una de las principales de la capital, cuando el sonido de una explosión dispersó súbitamente a soldados y civiles, por igual dos pequeños drones que sobrevolaban en el evento habían explotado.
Decenas de personas fueron arrestadas. Las autoridades habían lanzado una investigación para determinar quién estaba detrás de este supuesto ataque. Algunos fueron torturados, denunciaron los activistas por los derechos humanos. Otros, en la lista de sospechosos del Gobierno, siguen prófugos.
Maduro también culpó a la ultraderecha y al Gobierno colombiano, que negó toda responsabilidad.
Estos hechos subrayan la continua vulnerabilidad de las figuras políticas y el debate de mayor seguridad y protección.