Al menos una decena de personas fallecieron este lunes durante las manifestaciones convocadas en Bagdad tras la renuncia a la política del influyente clérigo chií Muqtada Al Sadr.
Además, más de 20 personas resultaron heridas debido a “disparos y actos violentos”, según ha informado a la agencia Efe una fuente de seguridad; el periódico The New York Times eleva los heridos a un centenar y los atribuye al ataque de las fuerzas gubernamentales contra los manifestantes.
Los seguidores del religioso salieron a la calle y asaltaron el Palacio Presidencial en Bagdad al poco de que se anunciase la retirada del líder religioso.
“Había decidido no intervenir en los asuntos políticos, pero ahora anuncio mi retirada definitiva”, desveló este lunes el clérigo, que también contó que cerrará todas las sedes de su movimiento, denominado Bloque Sadrista, que ha sido clave en la política del país.
Horas después del anuncio, sus acólitos, que llevaban acampados desde hace un mes frente al Parlamento, entraron al Palacio Presidencial, en la denominada Zona Verde, donde se ubican las sedes del Gobierno y otras instituciones políticas iraquíes.
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La misión de la ONU para Irak ha descrito los incidentes como “una escalada peligrosa” e hizo un llamamiento a la calma y el apoyo a las fuerzas de seguridad: “La supervivencia del Estado [iraquí] está en juego”, ha alertado en un comunicado. A última hora del lunes, Al Sadr dijo que comenzaba una huelga de hambre hasta que cese la violencia.
Toque de queda en Irak
“El Comando de Operaciones Conjuntas anuncia un toque de queda en la capital, Bagdad, que incluye a los vehículos y a todos los ciudadanos, a partir de las 15.30 [una hora más que en la España peninsular] de hoy, lunes”, han dicho las autoridades en un comunicado oficial.
Poco después ―tras las primeras noticias de fallecidos y el contagio de las protestas a otras regiones―; la medida se ha extendido a todo el país.
El primer ministro iraquí en funciones, Mustafa al Kazemi, ha anunciado, además, la suspensión de las sesiones del Ejecutivo “hasta nuevo aviso”. Desde las elecciones de octubre del año pasado, Irak está batiendo un nuevo récord de parálisis política; pues los partidos no han conseguido construir un Ejecutivo estable. Ese estancamiento tiene bloqueado al país; sin capacidad para adoptar las reformas estructurales que necesitaría.