Nueva York.- El jurado popular debatirá desde mañana martes el caso de violación y difamación contra el expresidente Donald Trump en Nueva York, después de que la defensa y la acusación hayan concluido este lunes sus alegatos finales.
El juez Lewis Kaplan, que ha presidido el tribunal durante las dos semanas que ha durado el juicio, citó a los miembros del jurado mañana a las 10 de la mañana para leerles las instrucciones (principalmente la confidencialidad y no exponerse a programas, lecturas o comentarios que puedan influir en su opinión) antes de dejarlos deliberando sobre la culpabilidad o inocencia de Trump.
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En esta última sesión en que los equipos de defensa y acusación tuvieron la última oportunidad de persuadir al jurado, ambos insistieron en la cuestión de la reputación como la que realmente ha motivado a la escritora E. Jean Carroll a denunciar una supuesta violación que tuvo lugar a mediados de la década de 1990 pero que ella no reveló hasta 2019 en un artículo de prensa.
Según Carroll, Trump, que por entonces era un conocido suyo, la acompañó a elegir ropa en unos grandes almacenes, y la convenció para dirigirse juntos a un probador, donde la violó sin que existieran testigos; al salir, ella no lo denunció a la Policía, pero se lo confesó a dos amigas, que le desaconsejaron denunciar porque de lo contrario el podría «enterrarla» con los «cientos de abogados» que trabajaban para él.
ACUSACIÓN: CARROLL QUIERE RECUPERAR SU BUEN NOMBRE
La abogada Roberta Kaplan, del equipo acusador, insistió en las motivaciones de su clienta, según los medios presentes en la sala: «Para Jean Carroll, esta denuncia no tiene que ver con el dinero», insistió, sino que se trata de «recuperar su buen nombre», dijo, en referencia a los distintos calificativos que Carroll ha recibido de parte de Trump -como mentirosa o enferma mental, entre otros- desde que él conoció la denuncia.
Kaplan se refirió de nuevo a la comentada frase de Trump de que Carroll «no era (su) tipo», y recordó al jurado la reacción de Trump al ver una antigua foto en la que confundió a Carroll con su propia exesposa Marla Trump.
«Señoras y señores -dijo la letrada en tono solemne-, esta es la foto. Lo cierto es que E. Jean Carroll, antigua animadora y miss Indiana (universitaria), era exactamente el tipo de Donald Trump».
Además, Kaplan llamó la atención sobre el hecho de que el equipo legal de Trump no haya traído ningún testigo y tampoco él haya querido comparecer sino dejar grabada una declaración por video, lo que lo convirtió -dijo- «en un testigo contra sí mismo».
También rebatió algunos argumentos de la defensa, como el hecho de que Carroll confesara no haber gritado durante la presunta violación, afirmando que esa es la actitud más común en un suceso traumático como es una agresión sexual.
DEFENSA: SOLO BUSCABA LA FAMA
También la defensa de Trump insistió en la idea de la reputación, en su caso para demostrar que lo que ha movido a Carroll para su denuncia fue la búsqueda de la fama, aunque eso significara denunciar hechos que no existieron.
«Los hechos son tozudos -dijo el abogado Joe Tacopina ante los miembros del jurado-. (El relato de Carroll) no merece crédito».
En línea con lo mantenido durante el juicio, Tacopina dijo que toda la historia de la violación en el probador de unos grandes almacenes fue una invención porque quiso aprovecharse de un cierto clima anti-Trump para vender libros, como quedó claro -argumentó- en el intercambio de correos con su amiga Lisa Birnbach.
«Se convirtió en su estilo de vida -insistió Tacopina-. Ella pasó a ser una estrella».
El letrado no pasó por alto las palabras «crudas» y «brutales» de Trump en una grabación escuchada durante el juicio cuando decía que una persona con fama podía disponer de una mujer a su antojo y agarrarla «por el coño» (sic).
«Lo dijo -admitió Tacopina-, pero eso no convierte la historia increíble de la señora Carroll en una historia creíble», recordó, según los periodistas presentes en la sala.
Y como si quisiera halagar al jurado y advertirle sobre su responsabilidad, les dijo: «Este jurado está bendecido por una gran inteligencia de calle y sabemos la diferencia entre realidad y ficción», comenzó, antes de recordarles que su decisión los acompañará el resto de sus vidas: «Ustedes y solo ustedes son los únicos habilitados para garantizar que aquí se cumple el imperio de la ley».
A partir de mañana, el jurado puede en cualquier momento pronunciarse sobre la inocencia o culpabilidad del expresidente, pero Trump, de ser declarado culpable, solo tendría que abonar una indemnización y no ir a la cárcel al tratarse de un caso por vía civil.