Washington.- La economía mundial seguirá creciendo un 3,3 % en 2025 y 2026, el ritmo más bajo en un cuarto de siglo y con una divergencia mayor entre Estados Unidos, la Unión Europea y China, según datos macroeconómicos actualizados este viernes por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su informe de Perspectivas Económicas Mundiales.
El informe de previsiones apenas cambia las previsiones de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial -suben una décima para este año y se mantienen sin cambios para 2026- con respecto a las proyecciones de octubre.
Según las proyecciones del Fondo, el PIB de Estados Unidos crecerá este año un 2,7 % y en 2026 un 2,1%, lo que supone una actualización al alza con respecto a octubre de 0,5 puntos porcentuales y una décima, respectivamente.
Esa revisión contrasta con el renqueante crecimiento de las economías de la zona Euro, que el Fondo ha rebajado en dos décimas para este año hasta un 1 % y que sitúa en el 1,4 % en 2026, una décima menos que el dato presentado en octubre.
Para China, el informe pronostica un crecimiento del 4,6 % en 2025 y del 4,5 % el año próximo, lo que supone una actualización al alza de una décima este año y de cuatro décimas el próximo.
Pronóstico
«La foto general muestra caminos divergentes a lo largo de las economías y un perfil de crecimiento precario», señala el FMI en su informe.
«El pronóstico de 2025 se mantiene por lo general sin cambios con respecto al Informe de Perspectivas Económicas Mundiales de octubre de 2024, primeramente por una revisión al alza de Estados Unidos que ha compensado las revisiones a la baja de otras grandes economías», añade.
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La inflación general a nivel global se rebajará a un 4,2 % este año y seguirá moderándose en 2026 hasta el 3,5 %, «convergiendo a los objetivos antes en las economías avanzadas que en los mercados emergentes y en desarrollo».
«La gran historia es la de una divergencia entre Estados Unidos y el resto del mundo. Esto es parcialmente cíclico. Tenemos más fuerte demanda en Estados Unidos con menor demanda en otras partes del mundo. Pero parte es también estructural, especialmente si se compara a Estados Unidos frente a la zona euro», explicó Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI.
2025 marca la salida del shock de la pandemia de covid-19
El FMI también destacó que 2025 marca la salida del shock de la pandemia de covid-19, con la actividad económica estabilizándose tras las fuerte caída y posterior recuperación de ese período, aunque con un crecimiento por debajo de la media del período 2000-2019.
Gourinchas dijo que las perspectivas sobre EE.UU. tienen cierto grado de incertidumbre porque el presidente electo Donald Trump todavía no se ha instalado en el cargo (algo que ocurrirá el lunes), pero que los planes de la nueva Administración «probablemente empujarán la inflación en el corto plazo por encima de nuestra base».
Eso tiene otra consecuencia que puede afectar a las economías emergentes. «La Reserva Federal podría no rebajar los tipos de interés tan rápido como se anticipó e incluso pueden llegar restringir la política monetaria, mientras otras regiones no lo hacen. Por lo tanto, una fortaleza del dólar puede incrementar las presiones inflacionarias en otras partes del mundo».
Esto puede tener un impacto, por ejemplo, en México, que en este informe actualizado recibió una mejora de una décima para el crecimiento de 2025, hasta el 1,4 %, mientras que el FMI espera que el país norteamericano siga creciendo alrededor de un 2 % el año que viene.