Nueva Delhi. – La India restauró la licencia para la recepción de contribuciones extranjeras de Misioneras de la Caridad, la orden religiosa de la Madre Teresa de Calcuta, con sede principal en la ciudad india de Calcuta, cuya financiación había quedado en suspenso hace dos semanas.
El permiso que permite a la organización creada por la premio Nobel recibir donaciones internacionales para sus operaciones había sido «no aprobado» hace dos semanas después de que la organización filantrópica fallará en el proceso de renovación por «inconsistencias» en la documentación presentada.
Sin embargo, este sábado las Misioneras de la Caridad quedaron nuevamente incluidas en la lista del Ministerio del Interior para la Regulación de Contribuciones Extranjeras (FCRA) del país, según su página web.
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Hasta el momento ni las autoridades del país asiático ni la congregación católica han hecho comentarios al respecto.
El parlamentario de opositor partido Trinamool, Derek O’Brien, uno de los críticos de la cancelación de la licencia, celebró la restauración del permiso, que, a su juicio, estaba revocado por motivaciones políticas del Gobierno del primer ministro, Narendra Modi.
«Vuelve el registro FCRA para las Misioneras de la Caridad de la Madre Teresa (…) El poder del amor es más fuerte que el poder de 56 pulgadas», dijo aludiendo al primer ministro indio.
La licencia de Misioneras de la Caridad quedó suspendido el pasado 25 de diciembre por «no cumplir las condiciones de elegibilidad»; según explicó hace más de una semana en un comunicado la cartera de Interior.
El ministerio precisó que mientras estudiaban la petición de renovación, advirtieron «inconsistencias» por parte de la congregación religiosa que provocaron el rechazo de la renovación.
Organización en La India
Acto seguido, las Misioneras de la Caridad, decidieron paralizar el uso de sus cuentas en los bancos para evitar nuevos fallos; en su intento por aclarar la situación con las autoridades.
La organización aseguró a Efe que la decisión de paralizar sus cuentas la hicieron ellas mismas y no por el Gobierno, y que trabajaban en solventar el impase, alejándose de la ola de críticas de activistas y opositores que consideraron esto un ataque a las minorías religiosas del país.
La orden religiosa, que en vez del hábito viste un sari, tradicional prenda femenina india, de color blanco con franjas azules, cuenta en la actualidad con unas 4.500 misioneras en más de 130 países, en los que ayuda a leprosos, enfermos de sida, huérfanos, prostitutas o refugiados.
En la última semana más de 12.000 ONG, entre las que se encuentran instituciones benéficas, humanitarias y médicas; perdieron su licencia para recibir fondos extranjeros en la India.
Entre ellas se encuentran la organización humanitaria OXFAM, el Centro Nacional de Artes Indira Gandhi; el Instituto Indio de Administración Pública o la Asociación Médica de la India (IMA), según el portal web de la FCRA. EFE