lunes, mayo 20, 2024

La “muerte moral”, otra lucha que enfrenta la familia de venezolana descuartizada por Michael Saba

“No le gustaba mucho la calle, sólo bebía un poco de vino y bailaba” y no es cierto “todo lo que se dice en las redes”, así ha salido Yeisy a defender la honra de su hermana Yenny Pérez Canelón, la venezolana de 27 años que fue asesinada por el ítalo-colombiano Michael Saba en un apartamento en Piantini, Distrito Nacional.

Las hermanas llegaron a la República Dominicana en el 2017, buscando oportunidades como muchos venezolanos que han emigrado a distintas naciones por la crisis económica, política y social que desde hace años padece la patria de Simón Bolívar.  

Hace seis años comenzaron a trabajar de camareras en un campo dominicano y al pasar el tiempo, Yenny puso una tienda virtual de trajes de baño, para vender a través de las redes sociales, según ha relatado la hermana de la víctima, quien falleció al recibir un tiro en el pecho y luego su cuerpo fue descuartizado.

En TikTok, Yenny era muy popular entre sus 84 mil seguidores, y los más de 21 personas que la seguían en Instagram.

En medio del dolor y las diligencias para que se haga justicia por su hermana, Yeisy Pérez también ha tenido que defender la memoria de su hermana ante la andanada de comentarios en las redes sociales que la definen como “prepago”. Y esto comentarios se han encendido más al salir a la luz parte de las investigaciones hechas por el Ministerio Público.

Según los detalles en la solicitud de medida de coerción impuesta por el Ministerio Público, el ítalo-colombiano Michael Saba, acusado de dar muerte y posteriormente desmembrar el cadáver de la joven venezolana Yenny Carolina Pérez Canelón, en un apartamento rentado en el Distrito Nacional, habría planificado el crimen.

La víctima le envió unos audios al taxista personal que la llevó al edificio, manifestándole: «él (asesino) me pagó y me pagó bien, él quiere dar una bailadita, espérame abajo que en 20 minutos bajo».

A través de la cronología del asesinato, mostrado en el expediente del Ministerio Público, se señala que la hoy occisa fue dejada a las 12:17 a.m., del pasado 21 de diciembre, en el lobby de la torre por Manuel Antonio Rosario Sancana (taxista de confianza), quien tenía la orden de recogerla una hora y media o en dos horas después, es decir a las 1:52 a.m.

Después de varias horas, alrededor de las 4:07 a.m. Rosario Sancana le envió un mensaje a la víctima en el que le cuestionaba si estaba preparada para retirarse del lugar; en la interacción, la mujer le respondió: -sí. ven-, a lo que este le contesta: «baja que ya estoy aquí», y ella le responde: «ok».

Según muestra el expediente sobre la narrativa de los hechos, la fallecida le vuelve a escribir al taxista de su confianza: “ven sube al piso 11”. Entonces, el taxista le pregunto «¿para qué?». Fue entonces cuando la joven le pidió que le esperara media hora más, específicamente a las 4:20 a.m.

Según lo relatado, la víctima le envió otro audio diciendo que el imputado estaba “endrogaísimo”.

La venezolana llamó a su transportista y le preguntó si había un chamo por ahí, a lo que este le responde que no había nadie. A las 4:40 a.m. le vuelve a escribir diciéndole que ya iba, pero, más tarde le envió otro audio comentándole: «el chamo que viene es pareja de alguien que me conoce y son como chismosos, pero como no estoy en bajar», narra el documento.

De acuerdo a los detalles, mientras Rosario Santana se encontraba esperando a que Yenny Canelón bajara, llegó a la torre Alex, alias Lalo y/o el Chamo, por lo que le escribió a la víctima y le dijo «el Chamo está aquí y va subiendo», mensaje que no fue contestado por la víctima.

En las cámaras de seguridad de dicha torre se observa que Alex Lalo y/ o el Chamo, subió y bajó como a los 15 minutos, mientras que Rosario Santana siguió llamando y escribiéndole a joven hasta las 6:10 a.m., pero nunca bajó del apartamento.

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