La República Dominicana se encuentra en una encrucijada emocionante y desafiante en su búsqueda de convertirse en el epicentro de eventos de entretenimiento de la región.
La llegada de artistas de renombre internacional, montajes impresionantes y cumbres estatales ha impulsado el crecimiento del turismo, un sector fundamental para la recuperación económica post-pandemia. Sin embargo, es necesario abordar una limitación evidente que amenaza con obstaculizar este progreso: la falta de escenarios adecuados.
Artistas como Coldplay, Michael Bublé, Luis Miguel, Bad Bunny, Rosalía y muchos otros han elegido a la República Dominicana como destino para sus actuaciones. Esto no solo aumenta la atracción turística, sino que también contribuye al ambicioso objetivo del gobierno de alcanzar los 10 millones de visitantes en un solo año para fines de 2023.
A pesar de estos logros impresionantes, es innegable que la infraestructura de entretenimiento en el país no está a la altura de la demanda.
La mayoría de los eventos se llevan a cabo en escenarios que no fueron diseñados específicamente para albergar conciertos o espectáculos masivos. Esta carencia de instalaciones adecuadas ha llevado a que muchos productores y artistas tengan que posponer o adaptar sus propuestas debido a la falta de escenarios con las condiciones necesarias.
En contraste, otros países de la región, como Puerto Rico y Costa Rica, han invertido en instalaciones de calidad para eventos deportivos y artísticos.
Puerto Rico cuenta con el renombrado «Choliseo», un lugar que satisface las necesidades de público, producción, atletas y artistas. Mientras tanto, en Santo Domingo, aunque contamos con el Palacio de los Deportes y el Pabellón de Voleibol, estos escenarios, aunque valiosos, no cumplen con los requisitos mínimos para albergar eventos de gran envergadura. Es importante mencionar que, en ocasiones, se requiere alquilar aires acondicionados que no enfrían y que cuestan más de un millón de pesos por día.
Es imperativo abordar esta deficiencia en la infraestructura de entretenimiento y grandes eventos. Reconocemos que los recursos estatales son limitados, pero la solución podría residir en una alianza público-privada.
La colaboración entre el gobierno y el sector privado podría hacer posible la construcción de un lugar adecuado para medianos y grandes eventos, que cumpla con los estándares tecnológicos y de comodidad necesarios.
La República Dominicana tiene relaciones comerciales con China que podrían aprovecharse para esta necesidad, como se ha visto en otros países. La construcción de un escenario de calidad para el entretenimiento no solo beneficiaría al turismo y a la economía en general, sino que también elevaría el estatus del país como destino de eventos de clase mundial.
