Los Ángeles.– LeBron James y Malik Monk anotaron entre los dos 25 de los 37 puntos de Los Angeles Lakers en el último cuarto y salvaron así a su equipo ante unos Sacramento Kings muy correosos y que plantearon batalla hasta el final (122-114).
James extendió su racha de grandes actuaciones recientes y sumó 31 puntos (12 de 26), 5 rebotes y 5 asistencias mientras que Monk aportó 24 puntos (8 de 15), 4 rebotes y 4 asistencias.
La puntería desde el triple de Monk (6 de 11) y las aguerridas penetraciones de James en el tramo final fueron fundamentales para que los angelinos certificaran su victoria tras un duelo muy emocionante.
El conjunto de Frank Vogel volvió a salir con un quinteto bajo de inicio con James como cinco, pero recurrió a Dwight Howard como reserva y el pívot respondió con una actuación muy destacada (14 puntos, 14 rebotes, 3 asistencias y 2 robos en 22 minutos).
De esta forma, los Lakers cogen impulso con su tercera victoria seguida y su cuarto triunfo en los últimos cinco partidos.
Por parte de los Kings, De’Aaron Fox (30 puntos, 3 rebotes y 6 asistencias) y Buddy Hield (26 puntos, 5 rebotes y 2 asistencias) fueron los más destacados.
Los de Sacramento se desangraron con las pérdidas de balón (18) frente a unos Lakers que, a diferencia de lo que ha pasado el resto de la temporada, controlaron muy bien esta faceta del juego (solo 5 balones perdidos).
PEQUEÑOS CONTRA GRANDES
El plan de los Kings quedó claro desde el principio: balones en la pintura para los pívots Damian Jones y Marvin Bagley III y penetraciones de De’Aaron Fox para sacar provecho de la falta de intimidación de estos Lakers «pequeños».
Los angelinos sufrieron desde el arranque su inferioridad en el rebote pero lo contrarrestaron con velocidad en las transiciones y el dinamismo en ataque estático de jugadores como Malik Monk (13-15 con 6.24 en el reloj).
Dwight Howard entró en la segunda unidad y los de púrpura y oro volvieron a un quinteto más tradicional, pero el enérgico refuerzo para los Kings de Buddy Hield, que sonó el pasado verano como fichaje de los Lakers, apuntaló la ventaja de los visitantes en el primer cuarto (26-31).
La reacción de los Lakers fue inmediata: un parcial de 9-0 de salida, comandado por el ímpetu de Talen Horton-Tucker, cambió el signo del partido (35-31 con 10.02 en el reloj).
La temprana tercera falta de Carmelo Anthony forzó el regreso a la pista de Dwight Howard, que respondió de maravilla cargando el rebote ofensivo y golpeando en la zona con varios mates.
Los Lakers defendían mejor y empezaban a gustarse como con un eléctrico contraataque que culminó James tras un pase por la espalda de Monk.
Sin embargo, la insistencia desde el triple de Fox (19 puntos al descanso) y Hield (15 puntos) permitió que los Kings se fueran al vestuario con una discreta ventaja (57-59).
A diferencia de otros partidos, los Lakers controlaron muy bien sus pérdidas de balón en la primera mitad (una frente a 10 de los Kings) pero se estrellaron en el perímetro (3 de 16 en triples).
EMOCIÓN HASTA EL FINAL
En la reanudación, ningún equipo supo tomar las riendas del encuentro.
Fox seguía anotando sin grandes dificultades para los Kings mientras que los Lakers se beneficiaron de las esporádicas pero valiosas aportaciones de Bradley (71-70 a falta de 7.10).
Barnes y Monk se retaron entonces a un concurso de triples y ninguno salió victorioso (metieron dos por cabeza seguidos).
El público de los Lakers necesitaba un estímulo y lo encontró en Anthony, que con dos canastas en suspensión levantó a los espectadores del estadio ahora llamado Crypto.com Arena (85-83).
Sin hacer mucho ruido, los de Sacramento abrieron una pequeña ventaja en el último cuarto que, tras un partido tan equilibrado, parecía un botín muy preciado (89-96 a falta de 8.11).
Los Lakers se habían atascado entre faltas en ataque, protestas a los árbitros y fallos en el tiro, pero James, Monk y Horton-Tucker unieron fuerzas para recuperar el brío y mantener el marcador igualado hasta el desenlace (101-102 con 5.21 para el final).
Y si antes se midieron Barnes y Monk, ahora fueron Hield y James los que intercambiaron dos triples consecutivos cada uno para darle aún más emoción al partido (109-108 con 3.31 por disputarse).
Monk dio un nuevo mazazo a los Kings con su enésimo triple, pero fue James el que con dos grandes penetraciones -la última con adicional- remató el partido mientras escuchaba a su público gritándole «MVP, MVP» y él se golpeaba el pecho con rabia.