Maldivas necesita la «solidaridad climática» de la comunidad internacional, que debe «agilizar la financiación» comprometida para paliar los impactos de la emergencia del clima, que están causando la erosión y la subida del nivel del mar en estas islas del océano Índico, ha explicado a EFE el representante de UNICEF, Edward Addai.
El representante en Maldivas del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) coincidiendo con el Día Internacional del Medioambiente, ha hecho un llamamiento sobre la «angustia climática» que sufren los niños y jóvenes ante la erosión y la subida del nivel del mar en Maldivas y las islas del Pacífico.
«El cambio climático y sus impactos van más rápido y por delante de la acción climática» y pueden provocar la «desaparición» de muchas islas a final de siglo y obligar a miles de personas de los 579.000 habitantes de Maldivas a emigrar, alerta el médico, nacido en Ghana.
Explica que UNICEF tiene un Plan de Acción Climática basado en varios pilares, pero «siempre con los niños en el centro de la respuesta al cambio climático, algo por lo que merece la pena seguir abogando».
Así desde UNICEF trabajan para lograr «infraestructuras resilientes», porque «la evolución de la erosión es más rápida que la capacidad para frenarla», es un «gran reto», asevera desde Maldivas, el país más bajo del mundo, situado a poco más de un metro sobre el nivel del mar.
Además, la acidificación del agua del océano por el calentamiento global está provocando el «blanqueamiento de los arrecifes de coral» presentes en las islas y afectando a los ecosistemas, según Addai.
Problemas a los que se añade la «invasión de plásticos que llegan a través del océano desde otros países y afectan a la vida marina» de estas cerca de 1.200 islas -divididas en 26 atolones y con una superficie total de tan solo 297 kilómetros cuadrados-.
El Gobierno ha impulsado «legislación contra los plásticos de un solo uso», en un país en el que el océano constituye más del 99 %, explica, el «acceso al agua dulce» es otro «grave» problema que afecta a la población, especialmente a los niños, y es necesario desplazarse para buscarla en otros lugares.
Según Addai, el Gobierno está trabajando en la desalinización del agua, porque los cambios en los regímenes de lluvias y el ascenso de las temperaturas, se han convertido en «un desafío» para la población que habita unas 200 islas y que «necesita ayuda».
Sostiene que una de las consecuencias del calor es que se están volviendo a ver casos de enfermedades que se pensaban erradicadas «como la malaria o el dengue», y se ha constituido en una «preocupación importante».
A ello se suma las inundaciones asociadas al ascenso del nivel del mar, que está afectando a las infraestructuras de las viviendas, los hospitales y los centros escolares que están «cada vez más cerca del océano», asegura.
Para «adelantarse a las emergencias climáticas en Maldivas» UNICEF está preparando a los jóvenes para trabajar en comunidad, para formar parte de los equipos de respuesta ante previsibles inundaciones.
Incide en que «la financiación tiene que seguir aumentando», porque los gobiernos deben destinar más fondos a la reparación de daños.
«Los efectos del cambio climático están en las islas, pero las causas están fuera», sostiene y subraya «el Gobierno de Maldivas necesita ayuda para financiar la respuesta al cambio climático, para hacer frente a la erosión, a la contaminación ambiental, a los problemas de pérdida de biodiversidad, a la transición energética e incluso para impulsar la economía verde y azul».