La Organización de Estados Americanos (OEA) responsabilizó a la comunidad internacional y fuerzas internas haitianas por el fracaso y la crisis institucional y la conformación de las bandas criminales que hoy asedian ese país.
A través de un comunicado de la Secretaría General la OEA señaló el fracaso cosechado por la comunidad internacional durante 20 años de presencia en Haití y abogó por procurar ayuda y acompañamiento para que la nación salga de la grave crisis sociopolítica y de violencia que la aqueja.
Precisa que “los últimos 20 años de presencia de la comunidad internacional en Haití constituyen uno de los fracasos más importantes y evidentes de las medidas y acciones realizadas en el marco de cualquier acción de cooperación internacional”.
Resaltó que en las últimas dos décadas “la comunidad internacional no ha podido facilitar la construcción de una sola institución con capacidad para dar respuesta a los problemas de los haitianos”.
Agregó que «después de que “bajo su paraguas” germinasen “las bandas criminales que hoy asedian al país y a su gente” se retiró de Haití y dio lugar al fracaso que hoy se evidencia.
“Bajo ese paraguas de la comunidad internacional fermentaron y germinaron las bandas criminales que hoy asedian al país y a su pueblo, bajo ese paraguas germinó y se gestó el proceso de desinstitucionalización y de crisis política que hoy vivimos”, reza el comunicado.
Para la OEA “nos encontramos ante una versión más o menos radical de un Estado fallido y una sociedad civil débil y vulnerable”, y “es absurdo afirmar” que, en este contexto de destrucción, polarización y pobreza, los haitianos “puedan encontrar una convivencia pacífica”.
Solución
En su documento, la OEA reconoce que la solución a esta situación está en los haitianos y en sus instituciones, “pero la comunidad internacional también tiene un papel que desempeñar” en el país, donde “prevalecen la violencia, el mal uso de la fuerza, la lógica criminal en las acciones, las instituciones deficientes y la falta de capacidades de la sociedad civil”.
Añade que para lograr la paz en Haití “se debe hacer justicia por el asesinato del presidente Jovenel Moïse”, perpetrado el 7 de julio de 2021, sin apenas avances en el caso, ya que “si no se establece la verdad, si no se hace justicia, será imposible avanzar en el camino de la reconciliación y el entendimiento”.
“Para resolver estos problemas, la OEA sugiere establecer tres procesos que requieren de la cooperación de la comunidad internacional en todo lo relativo a recursos, sean estos financieros, humanos o materiales”, indicó.
Propuesta
El organismo aboga por un proceso de diálogo que incluya a todas las fuerzas políticas; un proceso de seguridad institucional y “un proceso electoral creíble, justo y transparente”.
La OEA también apunta a la necesidad de desarrollar una Constitución, crear un Banco Central y sistema de justicia autónomos, fuertes y responsables, y desarrollar un sistema educativo y un proceso de inversión que procure trabajo a los haitianos.
El primer ministro, Ariel Henry, ostenta el poder desde el magnicidio y en su gestión no ha logrado propiciar las condiciones necesarias para celebrar comicios.
Señala que esos tres procesos encontrarán la oposición de las fuerzas haitianas que vean perjudicados ciertos intereses, las mismas que querían, “con una complicidad externa, que la Minustah se retirara” para “preparar el terreno y que pudiera darse una situación como la que viven hoy”.
Además, “es necesario revertir el proceso de violencia, desarmar a las bandas”, pero Haití no tiene los recursos humanos, financieros y materiales necesarios, que deben provenir de la comunidad internacional.
Llamado
— Marcha patriótica
El pasado sábado decenas de personas acudieron al llamado hecho por el Instituto Duartiano y marcharon hasta el Altar de la Patria para reclamar a la comunidad internacional que actúe ante la crisis de Haití.
Bandas siembran el terror en Haití
Violencia. Las bandas que se disputan el control de los territorios continúan sembrando el terror en Haití a través de la violencia y secuestros.
El sábado, miembros de una banda armada quemaron vivo al exsenador Yvon Buissereth en Laboule 12, una zona en conflicto de la parte alta de Puerto Príncipe, donde fueron asesinados dos periodistas en enero.
El exsenador falleció a bordo de su vehículo, que quedó por completo calcinado, un suceso que ya ha sido condenado, entre otros, por el primer ministro haitiano Ariel Henry.
Henry advirtió a los asesinos del exsenador y a «todos los demás criminales que siembran luto en el país que serán procesados y deberán responder por sus actos ignominiosos en la corte».