Suspenso, traumas, santerismo, desnudos a diestra y siniestra, batallas, travestis, golpe de Estado, revolución y la intervención norteamericana de 1965 en RD. Todas estas palabras tienen un nombre en el cine dominicano: Hotel Coppelia. La cruda y emocionante película escrita y dirigida por el cineasta dominicano José María Cabral, con un noventa por ciento de interiores para evitar anacronismos y una producción con estándares Hollywoodenses, te dejará con la boca abierta. Sin embargo, aquí sólo analizaremos la historia del guión.
Sinopsis Hotel Coppelia
Aunque la actriz Nashla Bogaert sale en la mayoría de las portadas de la película interpretando a Gloria, una prostituta ambivalente y sin objetivos definidos, la línea argumental es clara, ya que nos cuenta la historia de Judith; (interpretada por Lumy Lizardo) la cruel madame, sacerdotisa de Yemoya, madre de un niño sordomudo y dueña de un burdel, que se esconde bajo la fachada del hotel Coppelia.
Todo marchaba bien hasta que estalló la revolución de abril de 1965, que pedía el retorno del derrocado gobierno constitucional de 1963. Para evitar perder su hotel y santuario de Yemoya, tomado como base militar por los revolucionarios, Judith llega a un acuerdo con estos para servirles y entretenerlos sexualmente. Lo mismo ocurre, cuando se gesta la intervención norteamericana dirigida por el coronel Thompson y estos vencen a los revolucionarios tomando el control del hotel. Luego de un tiempo y cansada de la explotación norteamericana, Judith acepta tomar partido dándole a los revolucionarios información a través de una radio, con el propósito de que estos liberen su hotel, pero es descubierta y apresada con sus chicas; Gloria, María y la travesti Betty.
El coronel Thompson buscando someter a Judith, la viola y mata a su hijo sordomudo en el proceso, saliendo a colación los viejos traumas de esta, quien fuera violada por su padre. Una Judith devastada y sin nada que perder, se devuelve del entierro de su hijo a quien manda con las prostitutas, degolló al coronel Thompson con una navaja que este le había regalado al niño, para luego suicidarse, haciendo estallar el hotel Coppelia en mil pedazos con el comando norteamericano dentro, usando para ello varios cartuchos de dinamita guardados allí por los revolucionarios. La película termina, con las prostitutas lanzando el cadáver del niño al mar como ritual de entierro dedicado a Yemoya, mientras lloran viendo el hotel en llamas.
Nivel de pudrición del guión:
Por tener la película una trama escalonada y coralina, no siempre Judith sostuvo el hilo conductor. Los personajes secundarios; prostitutas, travestis y algunos revolucionarios, no cerraron sus arcos dramáticos, por estar subordinados a Judith. El sacrificio que hizo la Pera como seguridad del hotel, quien buscaba evitar la entrada del comando norteamericano, no aportó nada. El hecho de que Judith tuviera acceso al coronel Thompson para degollar, luego de que este la violó y mató a su hijo, es improbable, ya que un coronel en un proceso de intervención, tiene una fuerte seguridad.
Veredicto:
Desde nuestra perspectiva, la película Hotel Coppelia tiene un guión: 75 % eficaz – 25% podrido. Espero que la crítica de este artículo les haya gustado a los cinéfilos latinos y dominicanos. Síganme por esta plataforma ya que De Último Minuto es el subidón informativo que llegó para quedarse. Hasta la próxima semana.