A casi una semana de la inauguración oficial de la COP27, la cumbre de cambio climático, en la ciudad egipcia de Sharm El Sheikh, el financiamiento y los mecanismos para solventar las pérdidas y daños siguen pendientes.
La presidencia empezó, ayer, las conversaciones bilaterales sobre lo que podría constituir una “decisión de la COP” (lo que, en 2021, fue el Pacto Climático de Glasgow).
Todavía no está claro qué forma adoptará, pero es en lo que se trabajará la próxima semana. Por el momento todos saben cuáles son los temas importantes y los reclamos, pero nadie ha dado aún el primer paso.
En tanto, el Foro de los 58 países más vulnerables al clima (CVF, por sus siglas en inglés) tiene claro lo que quiere ver reflejado en ese texto: un compromiso para una nueva ronda de planes climáticos alineados con 1,5ºC en 2023.
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En esos planes, claro está, está el financiamiento. En esto, el CVF y los 48 países menos desarrollados (LDCs, en inglés) están unidos. Para Madeleine Diouf Sarr, presidenta de este bloque y ministra del clima de Senegal, Sharm El-Sheikh debe ofrecer un compromiso claro con la meta 1,5ºC, establecer una hoja de ruta para un mecanismo de Pérdidas y Daños, y abordar el lento progreso en materia de adaptación. Consultada sobre si la financiación privada podría cubrir las carencias de financiación, fue tajante: “No estamos en condiciones de esperar a que la [financiación] privada ayude a los pobres”.
Por su parte, los países en desarrollo están de acuerdo en que es necesario un nuevo mecanismo financiero para tratar directamente Pérdidas y Daños, y que este debería contar con recursos nuevos y adicionales más allá de los ya prometidos por los países ricos. Pero, las negociaciones vienen estancadas en cuanto a su aplicación. La mayoría quiere que se formalice en esta COP, para que esté operativo en 2024, y otros defienden que sólo se acuerde en la COP28, el año que viene.
“La primera semana de negociaciones comenzó con muchos altibajos. Muy marcada por los problemas logísticos, la disponibilidad de agua y de comida dentro del recinto. En términos de agenda, el ingreso de un ítem referido al financiamiento de daños y pérdidas fue un gran avance, pero también un desafío. Los discursos de alto nivel de Estados Unidos generaron incomodidades frente a un mundo en desarrollo que necesita de los fondos de potencias para poder afrontar los impactos más fuertes del cambio climático. Ya con la agenda acordada y los primeros textos saliendo, está claro que no habrá conversaciones fáciles en Sharm El Sheikh”, evaluó el avanzado experto en cambio climático y cumbres internacionales, el argentino Enrique Maurtua Konstantinidis.
Fuente: Infobae