El presidente ruso, Vladímir Putin, ha firmado este miércoles la ratificación de los documentos de incorporación a Rusia de cuatro nuevas regiones.
En los días previos, ambas cámaras del Parlamento ratificaron por unanimidad los tratados de admisión al país de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, así como las regiones de Jersón y Zaporozhie.
Según los tratados, los límites de los nuevos sujetos territoriales de Rusia estarán determinados por los límites que «existían el día de su formación y adopción en la Federación de Rusia». La integración de las nuevas regiones se va a realizar en un período de transición que durará hasta 2026. Hasta 2023 en esos territorios se seguirá aceptando la grivna (la moneda ucraniana), pero posteriormente la única moneda de curso legal será el rublo.
Asimismo, a partir de la fecha de admisión a Rusia de los nuevos territorios, se formarán dos repúblicas y dos regiones, conservando sus nombres actuales. Sus líderes recibirán el estatus de gobernadores.
Los acuerdos al respecto fueron firmados por Putin y los líderes de las cuatro regiones el pasado 30 de septiembre en el Kremlin, después de que la mayoría de los ciudadanos de esos territorios votaran en referéndums a favor de convertirse en parte de Rusia. A su vez, la Corte Constitucional de Rusia confirmó el 2 de octubre, en cuatro fallos judiciales, que los documentos de incorporación cumplen con los requisitos de la Carta Magna.
Las repúblicas populares de Lugansk y Donetsk declararon su independencia poco después del golpe de Estado de 2014 en Ucrania, seguido por un conflicto armado en el este del país. La región de Jersón y la mayor parte de Zaporozhie han estado bajo el control del Ejército ruso desde marzo, tras el inicio de la operación militar especial para desmilitarizar a Ucrania y poner fin a los abusos a la población de Donbass.