Santo Domingo.- Organizaciones dominicanas defensoras de los derechos de la mujer reclamaron este miércoles Justicia para una adolescente con leucemia, que murió hace diez años después de que los médicos se negaran a aplicarle quimioterapia por estar embarazada de un mes.
Rosaura Almonte, conocida como Esperancita, falleció a los 16 años hace justamente una década después de que se le diagnosticara leucemia y al mismo tiempo un embarazo, un caso que actualmente está en manos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
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Con motivo del décimo aniversario de su muerte, su familia y representantes de organizaciones se congregaron frente al Congreso Nacional y denunciaron que la ley dominicana, que prohíbe el aborto en todas las causales, «provocó la muerte» de la menor.
En el acto estuvieron familiares de otras tres mujeres que, según denunciaron, fallecieron «por la falta de una interrupción del embarazo que era necesaria para salvar su vida».
«Es indignante que la historia se repita. Es cruel que más familias pierdan a sus hijas, hermanas y sobrinas por una ley que en vez de salvarlas, las condena», dijo Rosa Hernández, madre de Rosaura.
La mujer aseguró que no se rendirá y que, en memoria de su hija, seguirá alzando su voz «hasta que las tres causales sean aprobadas en el Congreso».
El aborto está totalmente prohibido en República Dominicana y, desde hace años, las feministas piden que se eliminen las condenas de cárcel en el caso de que el embarazo ponga en riesgo la vida de la mujer, si el feto no tiene opción de vivir fuera del útero o en el caso de violación o incesto, lo que en el país se conoce como las tres causales.
El Congreso Nacional tiene pendiente estudiar un nuevo Código Penal, un proyecto que lleva dos décadas sin lograr ser aprobado debido precisamente a las discrepancias en la cuestión del aborto.
La República Dominicana es uno de los seis países de América que mantienen una prohibición total del aborto, junto con El Salvador, Honduras, Nicaragua, Haití y Surinam.
Sin embargo, organizaciones han denunciado que en el país caribeño se practican miles de abortos al año de forma clandestina, poniendo en riesgo la vida de las mujeres.