La segunda toma de posesión del presidente Luis Abinader se llevará a cabo en medio de un plano internacional caótico y complejo, sobre todo en países cercanos como Haití y Venezuela, cuyas autoridades ya han tenido impasses con el gobierno dominicano.
Y es que el conflicto haitiano no parece tener fin con la expansión de las pandillas y el terrorismo, pese a la intervención de tropas keniana en ese territorio que, a un mes de establecerse, no han dado indicios de que pudieran resolver la crisis humanitaria y social que envuelve a ese país.
Sin mencionar que el llamado Consejo Provisional de Transición (CPT) carece de voluntad para llegar a un entendimiento con el gobierno dominicano.
Recientemente, las autoridades del gobierno haitiano anunciaron que no asistirían a la toma de posesión del mandatario dominicano, al alegar que el espacio aéreo entre ambos países se encuentra cerrado desde hace más de 6 meses.
Sin embargo, el canciller de la República Dominicana, Roberto Álvarez, indicó que el espacio aéreo entre el país y Haití no está cerrado para vuelos diplomáticos o humanitarios por lo que esa razón no pudo ser utilizada por Haití para declinar la invitación de participar en la toma de posesión.
Abinader y Maduro
Otro reto que enfrenta Abinader en la región es la situación política y social de Venezuela, sobre todo tras el proceso electoral en que el presidente Nicolás Maduro se declaró ganador en medio de los cuestionamientos y acusaciones de fraude.
Luego de las elecciones en Venezuela, el mandatario dominicano dijo a través de sus redes sociales y su canal de difusión en WhatsApp, que es indispensable una verificación internacional de las actas y que las reglas electorales no se pueden aplicar a discreción.
«Expreso mi profunda preocupación por el proceso electoral en Venezuela, pues la transparencia debe ser la base de su legitimidad. Las reglas electorales no se pueden aplicar a discreción. Un recuento de las actas con verificación internacional es indispensable para reconocer el resultado».
El régimen de Maduro había ordenado el retiro inmediato de los representantes de República Dominicana y otros países del territorio venezolano, que incluyen a Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá y Uruguay, supuestamente en rechazo a sus «injerencistas acciones y declaraciones».
