Santo Domingo. -El poeta, historiador y general retirado José Miguel Soto Jiménez destacó el valor y perfil militar del padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, al cual ha definido como un hombre que encajaba en todas las categorías.
Dijo que el patriota fue sargento y se involucró en la revuelta contra Boyer y sabía que requerían técnicas militares para materializar el proyecto, que, aunque no tenía vocación militar, adquirió conocimientos y estrategias para lograr su propósito de la revolución independentista.
«Juan Pablo Duarte, dentro del mundo de los arquetipos, encaja perfectamente en todo lo que se ha dicho, pero como político el tiene una categoría, y es la palabrita que no se quiere mencionar. Y es que Duarte era un revolucionario», expuso Soto Jiménez, el ser entrevistado en el programa Politikal, que se transmite de lunes a viernes por la emisora KQ 94.5 y las plataformas de De Último Minuto.
Agrega que Duarte hizo que sus compañeros también hicieran el servicio militar a los fines de prepararse para la guerra de independencia y no tener que improvisar.
Al sustentar este argumento, Soto Jiménez recuerda que Duarte hizo el servicio militar obligatorio que imponía el gobierno haitiano y obtuvo el rango de sargento primero, persona que en ese entonces era responsable de manejar los depósitos de armas, lista de personal y administraba las compañías de infantería, y «eso era una cosa imprescindible en su concepto de revolución independentista contra la ocupación haitiana».
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Soto Jiménez señala que Duarte era consciente de que la revolución de independencia no se podía hacer simplemente de forma política y con ideales, sino que había que hacerlo por las armas. Apunta que Duarte también se entrenó en esgrima.
«Duarte no es verdad que era solo el idealista, era un hombre de acción», manifiesta el historiador.
«Es otra faceta que no se ha dicho lo suficiente, porque ante todo era un político que tenía la categoría de revolucionario, una categoría que implica arrojo y audacia», agrega.
Recuerda que Duarte se involucró en la revolución de 1843 contra Boyer para ensayar su proyecto de revolución y que, según relato de sus compañeros, salió de su casa con una espada y un trabuco hacia el parque Independencia donde toma parte de la revuelta.
