Los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 están dando mucho que hablar tanto en las competiciones como fuera de ellas. Las reivindicaciones feministas como la de las gimnastas alemanas o la de los esgrimistas estadounidenses en contra de la cosificación de las mujeres y el acoso sexual, respectivamente, se han sumado a los alegatos por la salud mental de deportistas como Simone Biles.
Otro de los protagonistas ha sido el saltador británico Tom Daley, quien puso sobre la mesa el papel de los deportistas LGTBI en estos Juegos Olímpicos tras ganar la medalla de oro en el salto de trampolín sincronizado. “Estoy increíblemente orgulloso de decir que soy un hombre gay y también un campeón olímpico. Me siento muy empoderado por eso”, señaló en la rueda de prensa posterior.
Pero este mensaje no ha sido el único que ha corrido por redes sociales, Daley también protagonizó una estampa única y nunca antes vista en unos JJOO. El medallista olímpico acudió a la final de salto de trampolín femenino y estuvo tejiendo mientras veía a sus compañeras desde la grada.
Su imagen dio lugar a que algunos espectadores vieran en él un ejemplo de nueva masculinidad y serenidad, muy distinta a la que han mostrado otros deportistas como Novak Djokovik, quien rompió una raqueta y lanzó otra a la grada en su derrota frente al español Pablo Carreño.
Sin embargo, detrás de esa curiosa afición —y también forma de canalizar el estrés de la competición— hay una buena causa. Daley se aficionó a hacer punto para gestionar la presión de las competiciones y, en septiembre de 2020 creó la firma Made with love by Tom Daley, con la que gracias a la subasta de sus creaciones financia investigaciones contra los tumores cerebrales, causa por la que falleció su padre en 2019.
En la cuenta de Instagram de su marca también comparte los patrones que utiliza, sus últimas creaciones e incluso recomienda los mejores ovillos a sus seguidores.
Entre sus últimas publicaciones, Daley ha contado cómo el tejer le ha ayudado en la cita olímpica y ha compartido la funda de punto con la bandera de Reino Unido que ha elaborado para la medalla de oro. “Lo único que me ha mantenido cuerdo estos tiempos es mi amor por el tejido y el crochet y todo lo relacionado con la costura”, dijo a sus seguidores.
Lo cierto es que en una situación límite como la que viven los deportistas olímpicos durante los juegos, tejer se convierte en una herramienta para gestionar la ansiedad. Según el estudio Knit for peace de 2018, tejer “reduce la presión arterial, así como los niveles de depresión y ansiedad y retrasa la aparición de la demencia”, unos beneficios que fueron comparados por muchos con el yoga.
En un momento en el que la salud mental está en boca de todos, uno de los remedios más eficaces podría estar en mano de lo que las abuelas llevan haciendo toda la vida.