Un turista británico, de 22 años, murió en Atenas al ser decapitado por las aspas en movimiento de la cola del helicóptero Bell 407 en el que volvió a la capital griega desde la isla de Miconos, recoge The Mirror.
De acuerdo a los reportes, el joven había bajado de la aeronave mientras los rotores aún estaban en movimiento y caminó hacia la parte trasera del helicóptero para tomarse una selfi, momento en el que fue alcanzado por las aspas.
Según comentó una fuente policial al diario The Sun, las hélices tenían que haber estado paradas completamente antes de que cualquier pasajero descendiera, por lo que se investiga un posible caso de negligencia.
Tras el accidente, el piloto logró comunicarse con el helicóptero en el que viajaban los padres de la víctima, y estos fueron desviados a otro helipuerto para que no presenciaran la sangrienta escena.