Hoy inicia un nuevo capítulo en la educación dominicana. Más de 2.6 millones de estudiantes regresan a las aulas para el año escolar 2023-2024, en un ambiente que combina optimismo y cautela.
Este será el último año escolar bajo la administración del presidente Luis Abinader y el ministro de Educación, Ángel Hernández, quienes tienen la oportunidad de consolidar los avances logrados y enfrentar los retos pendientes.
Este año escolar llega con un alivio evidente: la posibilidad de clases presenciales, una normalidad que se vio abruptamente interrumpida por la pandemia en 2020. Desde entonces, el Gobierno ha tenido que caminar por una cuerda floja, equilibrando los retos de gestión y los escándalos que han caracterizado la administración de Educación desde ese año.
Pero no todo es sombrío. El Ministerio de Educación (MINERD) ha anunciado la implementación de un nuevo programa educativo que promete revitalizar el sistema educativo del país.
Desde el primer día de clases, los estudiantes tendrán acceso a un currículo renovado, lo cual es un paso en la dirección correcta para elevar la calidad educativa en la República Dominicana.
Sin embargo, este nuevo año escolar también lleva consigo viejos desafíos. Uno de los más críticos es la situación laboral de los profesores. A pesar del llamado a la integración en este nuevo año escolar por parte del Comité Ejecutivo Nacional de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), las luchas y reivindicaciones que los docentes han planteado no pueden ser ignoradas.
La calidad de la educación no solo depende de los programas y currículos, sino también de quienes están al frente de las aulas. No se puede pretender un año escolar exitoso si los profesores sienten que sus condiciones laborales son inadecuadas o no se sienten valorados.
La administración actual tiene, entonces, un doble desafío. Por un lado, debe asegurarse de que las nuevas implementaciones en el currículo y en la forma de evaluación realmente redunden en una mejora de la calidad educativa. Por otro lado, debe atender las demandas del sector docente para garantizar que el año escolar pueda desarrollarse sin contratiempos.
Este año escolar 2023-2024 tiene el potencial de ser un hito en la educación dominicana. Está lleno de promesas, pero también de grandes desafíos. Será el último año escolar de la gestión de Abinader y Hernández, y como tal, una oportunidad para dejar un legado duradero en el ámbito educativo del país.
Que esta sea una oportunidad para hacerlo bien, porque la educación no puede esperar.