Desde el pasado mes de julio, el gobierno ha implementado el pago por cheque de la nómina de las instituciones públicas, con el fin de saber quiénes realmente trabajan y sacar del sistema a los que reciben mensualmente sus pagos sin rendirle beneficio a la nación.
Este método desfasado del siglo XX ha causado malestares entre los servidores públicos que han tenido que hacer largas filas, tomar sol, perder horas y hasta días de trabajo, para lograr obtener sus salarios.
Aunque hasta septiembre la Tesorería Nacional había anunciado la devolución de más de 13 millones de pesos en cheques no cobrados, esto no debe ser visto como un logro, sino más bien como una vergüenza del atraso tecnológico institucional del Estado dominicano, que en pleno siglo XXI tengan que saber de manera física y traumática cuáles son realmente las personas que trabajan.
Este método tampoco ha sido cien por ciento efectivo para la depuración de la nómina pública, ya que muchos descarados, que ni saben dónde queda la institución han ido a cobrar y, sin ninguna investigación de los de caja, se han llevado sus miles de pesos en las manos.
