El 2 de diciembre de 1993 marcó un antes y un después en la historia de Colombia. Y es que hoy ya son 31 años de la muerte de Pablo Escobar, el narcotraficante más buscado del mundo y líder del temido Cartel de Medellín. Sin embargo, tres décadas después, su muerte sigue envuelta en preguntas, impunidad y un legado que Colombia no ha podido superar del todo.
El final de Pablo Escobar
Acorralado por las autoridades colombianas, con el apoyo de agencias estadounidenses, Escobar fue localizado gracias a una llamada telefónica interceptada. Descalzo y barbado, intentó huir por un tejado, pero fue alcanzado por disparos. Su cuerpo quedó ensangrentado y boca abajo, simbolizando el fin de una era de terror, pero no del narcotráfico.
Esa misma tarde, Colombia vivió sentimientos encontrados. Mientras algunos celebraban la caída del «Patrón del Mal», otros, como Gonzalo Rojas Peña, un adolescente que perdió a su padre en el atentado al avión de Avianca en 1989, sintieron alivio momentáneo pero no justicia completa.
El impacto del terror de Escobar
El Cartel de Medellín, liderado por Escobar, fue responsable de innumerables actos de violencia en Colombia:
- 1989: Año más sangriento del narcoterrorismo, con la muerte del candidato presidencial Luis Carlos Galán, la explosión del avión de Avianca y atentados como el del periódico El Espectador y el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS).
- Cárcel de La Catedral: En 1991, Escobar se entregó a las autoridades, pero la «prisión» que construyó a su medida demostró su poder al operar desde allí con lujos y control total.
El temor generalizado llevó a que políticos y periodistas abandonaran el país, mientras las familias de las víctimas buscaban respuestas que, en muchos casos, aún no han llegado.
El narcotráfico en cifras: Un problema global
A 31 años de la muerte de Escobar, el narcotráfico no ha desaparecido. Según datos recientes:
- Colombia sigue siendo el principal productor de cocaína del mundo.
- Nuevas organizaciones criminales han reemplazado al Cartel de Medellín, perpetuando la violencia y la corrupción.
En palabras de Juan Manuel Galán, hijo de Luis Carlos Galán, «el narcotráfico sigue evolucionando». Considera que el país necesita avanzar hacia una regulación de las drogas como parte de una política más efectiva.
Impunidad y memoria histórica
El caso del atentado al avión de Avianca, en el que murieron 107 personas, sigue en la impunidad en Colombia. Aunque Dandenis Muñoz Mosquera, alias “La Quica”, fue condenado en Estados Unidos, las investigaciones en su país natal no han avanzado significativamente.
Por otro lado, figuras como Gonzalo Rojas Peña, quien creó la Fundación Colombia con Memoria, luchan por preservar la verdad y evitar que la historia se olvide. A través de iniciativas como «Narcostore», busca contrarrestar la glorificación de Escobar en la cultura popular.
La fascinación peligrosa por Escobar
A pesar del sufrimiento que causó, Escobar ha sido idealizado en novelas, series y documentales. Medellín se ha convertido en un destino turístico para aquellos que buscan recorrer los lugares que habitó, lo que genera críticas entre las víctimas y los defensores de los derechos humanos.
Rojas Peña advierte que esta «cultura de la fascinación» perpetúa el daño al exaltar a quienes representan el rostro más oscuro de la historia del país.
