Estados Unidos considera urgente que llegue más ayuda humanitaria a Gaza y se distribuya mejor entre los cerca de 1,9 millones de desplazados en la Franja palestina por la ofensiva militar de Israel.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, planteó este lunes al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, la necesidad de esta ayuda para los desplazados, que representan cerca del 85 por ciento de la población del enclave costero.
Austin se reunió en la ciudad israelí de Tel Aviv con Netanyahu, para abordar la ofensiva por tierra, mar y aire contra el grupo islamista Hamás en Gaza.
«Estoy aquí para que podamos discutir la mejor manera de apoyar a Israel en el camino hacia una seguridad sostenible», dijo el representante estadounidense, citado en un comunicado del Gobierno de Israel.
«Continuaremos proporcionando a Israel el equipo necesario para que pueda defender a su país», incluidas municiones, vehículos militares y sistemas de defensa aérea, subrayó Austin, de acuerdo al comunicado.
Israel permite la entrada de ayuda humanitaria a través de Rafah, la frontera entre Egipto y la Franja, y desde el domingo, presionado por Estados Unidos, permitió por primera vez que entre a través de su propia frontera, por el cruce Kerem Shalom, pero llega a cuentagotas y de manera insuficiente.
El secretario de Defensa enfatizó compromiso «incuestionable» de Estados Unidos, principal aliado de Israel, en la ofensiva para acabar con Hamás y liberar a quienes siguen secuestrados en la Franja, entre los que recordó que hay israelíes-estadounidenses.
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Ambos abordaron también la situación en el mar Rojo por los ataques de rebeldes hutíes de Yemen contra barcos israelíes o que se dirijan a Israel, en lo que coincidieron en denunciar que detrás está Irán en lo que consideran una amenaza a la libertad de navegación del mundo entero, por la importancia de ese paso para el tráfico marítimo.
La visita de Austin se produce en un momento en que Israel y Estados Unidos han mostrado sus diferencias sobre la ofensiva que se prolonga desde hace más de dos meses, con más de 19.400 muertos, más de 52.200 heridos y una grave crisis humanitaria.
Estados Unidos ha planteado pasar de una fase de «alta intensidad» en la intervención militar a otra con ataques precisos sobre los líderes de Hamás, con operaciones de inteligencia que eviten ese sufrimiento a la población gazatí.
Netanyahu aseguró el pasado sábado que Israel tomará el «control de seguridad» de Gaza cuando termine la guerra y Hamás sea eliminado, rechazando que sea la Autoridad Nacional Palestina -que gobierna partes reducidas de Cisjordania ocupada- la que asuma ese papel, como sugiere Estados Unidos.
La guerra estalló el pasado 7 de octubre tras un ataque de Hamás que incluyó el lanzamiento de miles de misiles hacia Israel y la infiltración de unos 3.000 milicianos que masacraron a unas 1.200 personas y secuestraron a unas 240 en poblaciones israelíes cercanas a la Franja.