Santo Domingo.– Las calles de la capital amanecieron este Viernes Santo con una atmósfera de recogimiento y silencio. Barrios usualmente bulliciosos como el Ensache la Fe, Villa Juana y Villa Consuelo lucen casi desiertos, con apenas unos pocos transeúntes.
En un recorrido realizado por De Último Minuto se pudo constatar que los comercios cerrados, transporte público reducido y un notable descenso en la actividad es parte del paisaje que acompaña esta conmemoración cristiana.
En medio del silencio, solo algunos colmados permanecen abiertos, ofreciendo lo esencial a quienes decidieron quedarse en casa durante este feriado.
Asimismo, varias familias instalaron pequeñas piscinas inflables en sus aceras, como una forma de refrescarse y disfrutar el día libre y combatir las altas temperaturas.



En tanto otros, aprovechan este día para colocar casetas de ventas de pescado en las afueras de sus casas.
El Viernes Santo, que rememora la crucifixión de Jesucristo, sigue siendo una de las fechas más respetadas dentro del calendario religioso.






