Dos meses y medio después de su última aparición en las pistas y tras lo sucedido en el Abierto de Australia, Novak Djokovic regresó a la competición en el torneo de Dubai con un triunfo solvente ante el prometedor jugador italiano Lorenzo Musetti (6-3 y 6-3).
Una hora y cuarto tardó el cinco veces campeón de Dubai en resolver su primer partido de 2022 y progresar en el cuadro principal de un evento que ha hecho suyo cinco veces, la última hace dos temporadas.
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La atmósfera del Dubai Duty Free Tennis Stadium estaba invadida por las secuelas aún presentes de todo lo ha generado el serbio al margen de la competición. La negativa a vacunarse, el revuelo en Melbourne, la prohibición de disputar el primer grande del año y un futuro incierto, condicionado por las exigencias sanitarias de cada lugar y por su particular postura.
No es obligatoria la inoculación contra la COVID en los Emiratos Árabes. Solo una prueba PCR setenta y dos horas antes de llegar. Una normativa que Djokovic pudo hacer frente sin problemas para ponerse en circulación en el circuito.
El aún número uno del mundo, condición que está en juego al mismo tiempo en Dubai y Acapulco, con el aspirante Daniil Medvedev atento, es consciente de la situación. La tensión, sobre todo al principio, se reflejó en un rostro que no pudo esconder un estado de ánimo afectado.
Frente a las normas
Estuvo agarrotado al inicio. Le costó dejar de lado la sensación de sentirse observado, de saberse juzgado. Un sentimiento que arrastra desde que decidió hacer frente a la normativa de Australia el pasado enero. Precio de cualquier líder mediático.
El paso de los puntos y de los juegos desahogó al balcánico, que estuvo firme en muchos momentos, competitivo como siempre y a veces impreciso. Pocas.
No jugaba Nole desde el pasado 3 de diciembre, cuando disputó el último partido de las semifinales de la Copa Davis contra el croata Marin Cilic. En el circuito, su última presencia es más lejana. En noviembre. Desde las Finales ATP, cuando cayó contra el alemán Alexander Zverev.
Acusó por momentos la inactividad Djokovic, que sacó adelante con solvencia el duelo de primera ronda ante un adversario peligroso al que se enfrentaba por primera vez en pista dura, pero con el que había jugado en Roland Garros, en tierra, en 2021.
Sufrió aquella vez el tenista de Serbia, que se encontró de pronto con dos sets de desventaja que llegó a equilibrar antes de que el transalpino de 19 años decidiera bajarse del partido agotado por el esfuerzo.