Los gigantes automovilísticos alemanes BMW y Volkswagen se vieron obligados a suspender la producción de vehículos en algunas plantas europeas debido a la escasez de los componentes fabricados en Ucrania, informa Financial Times.
¿De qué parte se trata?
Según detalla el medio, se trata de una de las piezas vitales para la industria automotriz: los mazos de cable. Este componente esencial representa un conjunto de cables, terminales y conectores que recorren todo el coche y conectan entre sí diferentes partes del vehículo, explica SEWS, una de las empresas productoras de estos elementos.
A través de ellos, similar al sistema nervioso central del ser humano, pasa la información y la energía necesaria para el funcionamiento de un coche, por lo que su fabricación se hace imposible sin este detalle. «El problema con mazos de cable es que son fundamentales», dijo Alexandre Marian, director general de la firma de consultoría AlixPartners.
Ucrania, exportador clave
Gracias a la mano de obra barata y calificada, Ucrania se convirtió en uno de los fabricantes y exportadores de mazos de cable clave para la Unión Europea. Según las estimaciones de AlixPartners, basadas en los datos de Comtrade para 2020 citadas por Reuters, los mazos de cable fueron el componente automovilístico crucial exportado a la UE desde Ucrania y correspondían a un 7 % de todas las importaciones de esta pieza. Mientras, los datos de AutoAnalysis sugieren que los mazos de cable ucranianos representaban una quinta parte del suministro del componente a Europa.
De acuerdo con el informe del analista de Wells Fargo, Colin Langan, consultado por Bloomberg, Ucrania cuenta con 17 instalaciones de fabricación de mazos de cable, lo que sitúa al país en el tercer lugar en el mundo después de Rumanía y Marruecos.
Amenaza para la industria automovilística europea
El cierre parcial de las plantas ucranianas provocado por el operativo militar ruso en el país puso en riesgo la fabricación de coches en toda Europa.
En la mayoría de los casos, aquellas piezas fabricadas en las plantas activas tampoco pueden llegar a las fábricas europeas debido a la escasez de camioneros y las dificultades que supone el cruce de la frontera. «En caso de que envíes un camión, simplemente no puedes saber si llegará a Polonia dentro de tres horas o tres días o si podrá ser enviado de nuevo», afirmó a Financial Times una persona familiarizada con el asunto.