domingo, abril 28, 2024

Al asumir como vocero del Partido Revolucionario Dominicano

Decía José Ortega y Gaset, él y sus circunstancias, pues, si yo no las cambio, ellas me cambian a mí, significa que, jamás deberíamos permitir su tutela en nuestro destino, o en la búsqueda de nuestras metas. Son esas mismas circunstancias políticas, electorales y sociales, aunque disfrazadas de conveniencias e intereses, las que no conducen a presentarnos hoy, como vocero de una organización política distinta a la cual fuimos elegidos.

Respetamos y estamos agradecidos del trato amistoso y cordial recibido de los colegas  Senadores de esa honorable institución, la cual en aras de preservar y proteger sus intereses ha decidido desprenderse de su vinculación política con nosotros,  para explorar una candidatura con una persona de otro partido político, con quien piensa obtener mejores rentas electorales, en la provincia de la Romana. Entiendo que, en la política los sentimientos, los deseos y las creencias son circunstanciales, y también comprendo qué lo constante son los intereses, son por tanto la constancia en las circunstancias políticas y electorales del momento.

Son estas realidades y la realidad de nuestro origen como partido, las que me conducen, de nuevo, al Partido Revolucionario Dominicano, todavía examinada la necesidad de seguir vinculado a una organización, nada mejor que “El Buey Que Mas Jala”, el que promoviera toda su vida el Doctor José Francisco Peña Gómez, apoyado en unos valores decente y democrático, quien asistía a las grandes jornadas electorales con su propia fuerzas, porque entendía que eran las seguras, las buenas y las duraderas para la defensa de los intereses del glorioso Partido Revolucionario Dominicano. Es esa memoria, esa historia y la lección recibida hoy,  la que nos han traído a este nuevo campo de batalla.

Haremos la guerra política en esta bancada, siempre con armas y municiones decentes, porque nuestra metas son honradas, ya que consideramos la política un arte y una ciencia consignada para dar respuesta a los problemas más complejos que tenemos los seres humanos para vivir. Tomaremos como experiencia el descalabro del poder Ruso, en uso de mercenarios para la guerra con Ucrania, al tiempo que ha despreciado a su propio ejército para sus objetivos políticos. una muestra de lo que sucede cuando quienes se sienten con mucho poder, masajea su propia vanidad y se refugian en mercenarios.

Lucharemos con toda nuestras fuerzas, recursos intelectuales, democráticos y políticos, para alcanzar controlar y frenar los despropósitos de los que, desde los poderes posicionales del Estado dominicano, se cometen contra la sociedad y la ciudadanía. Estaremos siempre dispuestos a participar o buscar los consensos justos, en aras de alcanzar el bien común para todos, sin economizar ningún esfuerzo, ni sacrificio, eso sí, desde la cautela, nunca desde el miedo, ni desde el celo, ni mucho menos, desde el duelo de haber dejado un partido, para militar en otro. Soy un político que vive de su profesión de médico, una carrera que me lo ha dado todo, pero lo más importante y mi gran satisfacción es la de salvar vidas. Jamás entendería la política de una manera distinta, aunque hoy se entienda la política, desde los poderes públicos, importando nada o, muy poco la vida de los demás.

Estaré en mi escaño del Senado de la República, como siempre a su disposición y esperando que los deberes de mi cargo me llamen, eso sí, para todos los dominicanos, sin importar su categoría, quienes entienden que el orden democrático constituye la paz, y en contra de todos los que quieren usar sus fuerzas y su poder para cambiar el orden de convivencia aceptable que disfrutamos.  Muchas gracias.

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