Hace más de 10 años, me gustó una canción de Don Miguelo que descubrí en el playlist de mis hijos, quienes entonces eran adolescentes. El coro de la canción dice: “Ella no está enamora’ de mí, pero le gusta como yo le doy…”
A mis hijos les causaba gracia y les llamaba la atención verme cantar el coro de la canción, tanto que me grabaron y subieron un video a las redes sociales, donde aparecíamos los tres entonándola. El video se volvió viral, en una época en la que la expresión “hacerse viral” no era muy común, dado que YouTube e Instagram apenas estaban empezando a ganar popularidad en nuestro país.
En ese entonces, yo era Diputado y varios días después, mis hijos me informaron que un joven de Capotillo, llamado Santiago Matías, conocido como Alofoke, quería entrevistarme en su programa de radio nocturno en Power 103, ubicado frente a la Universidad Intec, en el segundo piso de la plaza cercana a la rotonda del Jardín Botánico.
En ese tiempo, mi hijo mayor, Víctor Fernando de Jesús, tenía alrededor de 13-14 años, y mi segundo hijo, Edwin Osvaldo de Jesús, tenía 11-12 años. Ya yo estaba acostumbrado a que me invitaran a participar en entrevistas en medios de comunicación, pero para mí resultó ser una gran sorpresa que me invitaran a través de mis hijos. Era la primera vez que me pasaba eso y además, me estaba invitando una persona a quien yo no conocía y de quien nunca había escuchado hablar en los medios.
Le pregunté a mis hijos como Santiago Matías (Alofoke) los había contactado, y me explicaron que fue a través de mensajes directos en Twitter o Instagram. Fue entonces cuando me enteré por primera vez de la existencia de los mensajes privados en las redes sociales.
Acepté la invitación con gusto y asistí a la entrevista, donde conocí a Santiago y a su equipo compuesto por Melvin de León, el Dotol Nastra y Wilkin Capotillo.
Además de ser diputado, en ese momento también era comentarista del programa de radio el gobierno de la mañana en la Z 101 FM. Al ver el formato sencillo, informal y directo de producción de Alofoke, me di cuenta de que esta generación estaba transformando la sociedad con un enfoque de comunicación completamente diferente al que estábamos acostumbrados.
Dije para mis adentros: “Esto se jodió. El mundo cambió. Esta generación viene con unos códigos de comunicación totalmente diferentes a los patrones que nosotros estamos siguiendo como herencia de nuestros padres. Estos muchachos están revolucionando la sociedad y ni cuenta nos estamos dando. No los estamos viendo venir y cuando nos vayamos a dar cuenta, ya será tarde.”
Y créanme que ha sido una de las entrevistas más incómodas que he tenido en mi vida. Me hacían preguntas con unos términos y unos códigos de lenguaje que yo no conocía y que no manejaba. Gracias a Dios que mis hijos estaban ahí para traducirme y ayudarme a responder.
En esa entrevista fue la primera vez que escuché hablar de El Lápiz Consciente, Vakeró, Toxic Crow, Mark B, Mozart La Para, el Mayor Clásico, MelyMel, Bulova, y otros exponentes de la música urbana, a quienes Santiago me contó que tenía el sueño de unir en un solo movimiento urbano, con una producción especial que posteriormente logró realizar y que se llamó “Capea el Dough”.
Luego de esa entrevista, me di cuenta que en mi país había un submundo, que vivía en las mentes y en los corazones de esos niños y jóvenes adolescentes como mis hijos, que sin importar diferencias de clases sociales, compartían un gusto y una visión distinta a la de sus padres.
Solo era cuestión de tiempo, para que esa generación creciera y saliera a la superficie desde la profundidad de ese océano, montados en una especie de submarino, disfrazado en ese momento como un programa de radio que escondía la idea de convertirse en la primera y más poderosa plataforma de medios digitales, llamada ALOFOKE MEDIA GROUP y que vivía en la cabeza de un joven de veinte y tantos años en ese momento, llamado Esmelin Santiago Matías García.
Pero mi mayor sorpresa fue, que a partir de esa entrevista, empecé a sentir su impacto cuando me topaba con jóvenes adolescentes que me decían que me habían visto y escuchado con Alofoke. Yo no lo podía creer. Yo estaba acostumbrado a que personas de mi edad hacia arriba, me dijeran que me habían escuchado en la Z o visto en algún programa de televisión, pero nunca me había pasado, que jóvenes adolescentes, en edad escolar, como mis hijos, me reportaran su sintonía con temas que no tenían nada que ver con política. Y lo que más asombroso me resultaba, es que me decían, no que me escucharon por la radio, sino que me veían por YouTube.
Tenemos que admitir, nos guste o no, que la realidad es que hoy en día, esos niños, jóvenes y adolescentes de ayer, son los hombres y mujeres que dirigen e imponen los temas de agenda y los códigos de comunicación que consumen las grandes mayorías de nuestra sociedad. Y aunque algunos consideren, que se promueven antivalores e inconductas, ese patrón no es exclusivo de nuestro país, sino que se está viviendo a nivel mundial.
En el año 2004, se publicó un libro titulado “La revolución no será televisada: la democracia, internet y el derrocamiento de todo” escrito por el estratega político Joe Trippi, y en su obra, el autor explica que ya la prensa escrita, la televisión y la radio, no serían los medios de comunicación tradicionales que han sido durante las últimas décadas, y que el internet y las redes sociales serían las nuevas herramientas de comunicación en la era moderna, y de ahí el título de su obra.
Y así ha sido. Hoy en día, no nos enteramos de los hechos que son noticias a través de los noticiarios de televisión, ni de los periódicos impresos, ni de la radio, sino a través de las redes sociales y las plataformas digitales que operan dentro de un edificio rojo, que tiene un letrero afuera que dice: ALOFOKE
El autor es comunicador social, ex diputado (2010-2016), consultor, conferencista, productor de televisión y contenido digital. Su correo es victor@victor.do y su whatsapp es 829-761-3434.