San José.- El asesinato de un agente del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) mientras realizaba una operación encubierta ha encendido este jueves aún más las alarmas en Costa Rica, país que atraviesa la peor crisis de homicidios en su historia.
«El tema es grave, terrible. Debemos hacer algo para cambiar las condiciones. No puede ser que se estén normalizando situaciones como estas», declaró este jueves a los periodistas el director del OIJ, Randall Zúñiga.
La noche del miércoles falleció el agente encubierto del OIJ Géiner Gómez y su compañero resultó herido de gravedad cuando se encontraban en un vehículo y fueron atacados a balazos desde una motocicleta en la localidad de Tirrases de Curridabat, en el sector este de San José.
Las autoridades detuvieron a dos sospechosos de 17 y 21 años de edad.
«No se ha generado una directriz clara en el sentido de ayudar a los cuerpos policiales. Tenemos un incendio en la cocina y si no se ataca se va a quemar toda la casa», expresó Zúñiga al pedir al Ejecutivo y al Legislativo más acciones en materia de seguridad.
El director del OIJ manifestó que es necesario aumentar la inversión en seguridad para reforzar los cuerpos policiales y dotarlos de equipo para la lucha contra la criminalidad, además de reformar leyes.
«Costa Rica siempre ha sido un país de paz y eso está cambiando y no quisiera que este país se malogre. Estamos a tiempo de generar un cambio, pero hay policías luchando contra delincuencia en desventaja», comentó Zúñiga.
El director del OIJ insistió en que urge un «liderazgo más fuerte de parte de las instancias del Estado» con el fin de que «se tome por los cuernos el toro de la inseguridad».
Costa Rica, país que desde 1948 no tiene Ejército y encarga su seguridad a las fuerzas policiales, atraviesa la peor crisis de homicidios en su historia.
El pasado 22 de septiembre el país alcanzó los 655 homicidios, cifra que superó a la de todo el 2022 (654 homicidios), que era la mayor cantidad en la historia del país con una tasa de 12,6 por 100.000 habitantes.
Los datos indican que al 22 de septiembre de 2022 se contabilizaron 448 homicidios, lo que significa que en 2023 ha habido un incremento del 46,2 %.
Las autoridades atribuyen la mayoría de los homicidios a la disputa por territorios entre bandas narcotraficantes y proyectan que para el cierre del 2023 la cifra superará los 800 homicidios.
El narcotráfico se ha convertido en uno de los mayores problemas de seguridad de Costa Rica, tanto por el paso de cargamentos de tráfico internacional como por las disputas de bandas locales.
Esta semana hubo una reunión entre el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, y altas autoridades judiciales con el fin de analizar la situación.
