Aunque el poliamor como forma de vinculación amorosa tenga varias décadas de historia, ha sido durante este siglo cuando se ha llegado a popularizar de manera extensa en nuestras sociedades occidentales, principalmente entre la gente más joven.
En muchos casos, las relaciones poliamorosas entre más de dos personas están menos expuestas a ciertos problemas típicos de las relaciones de pareja y pueden perdurar durante muchos años, pero también hay algunas fuentes de malestar que son más frecuentes en el poliamor o presentan ciertas particularidades en estos casos.
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Por eso, en este artículo presentamos los posibles problemas sexoafectivos en el poliamor y cómo se trabaja en ellos desde la sexología.
¿Cuáles son los principales problemas sexoafectivos en el poliamor?
Las relaciones entre más de dos personas suelen estar expuestas a algunas problemáticas que no tienen el mismo protagonismo en las relaciones de pareja tradicionales; a continuación, las más habituales.
1. Más focos de inseguridades físicas
Las relaciones poliamorosas pueden generar con más facilidad dinámicas de comparación y competición en uno o varios miembros de la misma, lo que posibilita a su vez, la aparición de inseguridades de todo tipo al compararse con otras personas en cuanto a la imagen y el físico. No es raro que aparezca el miedo a ser “el/la feo/a” de la relación.
La inseguridad más habitual y evidente que se sucede en este tipo de dinámicas amorosas es la que tiene que ver con mirarse constantemente en el espejo, y esto ocurre cuando una persona considera que no está tan en forma como otra, que no encaja del mismo modo en los cánones de belleza en comparación al resto de individuos involucrados en la relación.
El malestar
Este fenómeno genera gran malestar en la persona que lo padece y en casos extremos puede llegar a ser el origen de alteraciones psicológicas como trastornos de ansiedad, los trastornos de la conducta alimentaria o el TOC, además de generar disfunciones sexuales.
2. Inseguridades de rendimiento sexual
Las inseguridades en el rendimiento sexual también son habituales en las relaciones poliamorosas, ya que a menudo una persona puede considerar que no es tan buena en la cama como lo es cualquiera de los demás miembros de la relación.
Nuevamente, esto puede afectar a la salud mental de la persona afectada, a su autoestima e incluso ocasionar disfunciones sexuales basadas en la profecía autocumplida y la ansiedad anticipatoria, debido al complejo que puede sentir respecto a otras personas.
3. Presión social
Aunque las sociedades occidentales sean cada vez más inclusivas y tolerantes, las relaciones poliamorosas no están del todo aceptadas en nuestro entorno, ya que algunas personas las consideran como perversiones inaceptables o dinámicas sexuales antinaturales, juzgándolas desde una óptica muy moralista y conservadora. Y esto tiene implicaciones en el modo en el que el poliamor es vivido, ya que no son pocos quienes intentan ocultar que ese es su modelo de relación sexoafectivo.
Esta presión, que puede ser más o menos explícita o evidente, puede aparecer incluso en amigos, no solo en familiares o compañeros de trabajo, lo que empuja en muchas ocasiones a querer esconder una relación de tipo poliamoroso. Y esto limita mucho las posibilidades de expresión de afecto y el aprecio por el contacto íntimo.
4. Incompatibilidades en lo sexual
Aunque generalmente se considera, a través de una serie de tópicos y estereotipos, que las relaciones poliamorosas favorecen los encuentros sexuales y permiten dar rienda suelta a todo tipo de fantasías en las que intervienen todos los miembros de la relación, la realidad es muy distinta. A veces, incluso ocurre que el poliamor hace que disminuya las ganas de tener relaciones sexuales con esas personas.
En muchas relaciones poliamorosas se producen ciertas incompatibilidades en el ámbito sexual, ya que es más fácil que al menos una persona se sienta exluída de las fantasías o del tipo de sexo que les gusta a otras.
Y es que, al haber más personas implicadas en una misma relación poliamorosa, es más habitual que a la larga choquen entre sí diversos intereses, gustos o aficiones, tanto en el ámbito sexual como en cualquier otra parcela de la conducta humana, especialmente si hay un problema de comunicación.
5. Celos
Los celos son uno de los fenómenos más habituales en las relaciones abiertas o poliamorosas; estos suelen producirse porque una persona interpreta que los otros miembros de la pareja no le hacen tanto caso o mantienen una relación especial entre ellos.
Aunque el poliamor se basa teóricamente en la ausencia de celos ni de comportamientos tóxicos de ningún tipo, en muchos casos los celos aparecen igualmente, y hacen que la relación sexoafectiva quede dañada, así como la comunicación entre las personas.
Fuente: Agencias