Pekín.- Los equipos de rescate continúan trabajando contra reloj y en medio de una intensa ola de frío para encontrar supervivientes tras el terremoto que sacudió en la noche del lunes las provincias chinas de Gansu y Qinghai y que deja al menos 127 fallecidos y 734 heridos.
Los equipos temen que las bajas temperaturas, de hasta -14 grados centígrados, dificulten las tareas de auxilio, según un testimonio de un rescatista.
Además de los 127 fallecidos y los heridos, hay al menos 20 personas desaparecidas, informa la prensa oficial, y los equipos están tratando de encontrarlos pese al temporal utilizando drones, excavadoras y topadoras.
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Asimismo, despacharon más de 2.000 bomberos para las tareas de alivio tras el sismo, que dañó más de 150.000 casas en la zona de Jishisan, a lo que hay que sumar interrupciones en el suministro de agua, comunicaciones y electricidad.
También las fuerzas armadas participan en las operaciones de rescate y asistencia, para las cuales Pekín ha asignado un monto de 200 millones de yuanes (alrededor de 28 millones de dólares, 25 millones de euros).
Edificios con escasa resistencia sísmica
Entretanto, el presidente chino, Xi Jinping, urgió el martes por la mañana a las autoridades locales a que «hagan todos los esfuerzos posibles» para tratar a los heridos, reparar la infraestructura y reubicar a los afectados.
Se trata del movimiento telúrico más mortífero en China desde el sucedido en agosto de 2014 en la provincia occidental de Yunnan, que dejó 617 fallecidos, pero muy lejos del sufrido en 2008 en la provincia de Sichuan, que dejó al menos 70.000 muertos.
Según un análisis preliminar del Centro de Redes Sismólógicas de China, el epicentro se produjo en la zona noreste de la meseta tibetana, una zona sísmica que sufre con frecuencia terremotos debido a que se encuentra cerca del lugar donde friccionan las placas tectónicas de Asia y la India, en el Himalaya.
Otro movimiento sísmico, de magnitud 5,5, se registró hoy en la región china de Xinjiang, también en el noroeste, pero lejos de zonas habitadas, sin que se informara de daños personales o materiales.