El 11 de septiembre es una fecha que será recordada por siempre. Mientras que en el 2001, el ataque terrorista a las Torres Gemelas en Nueva York y al Pentágono en Washington cambió el mundo para siempre, este día también dejó una huella profunda en la historia de América Latina, pues hace 51 años se produjo el golpe de Estado contra Salvador Allende en Chile.
No debemos olvidar ni dejar de lado el llamado «septiembre negro», un acontecimiento que inspiró a Pablo Milanés a escribir las estrofas «Yo pisaré las calles nuevamente de lo que fue Santiago ensangrentada», después de que la sangre corriera por las calles de Santiago de Chile, donde fue asesinado quien muchos consideran el más inmortal de los mandatarios del siglo XX, junto con cientos de jóvenes que defendían una reforma constitucional moderna.
Los pueblos de la región, desde Tierra de Fuego hasta México, incluyendo las naciones caribeñas, deben mirar siempre hacia lo sucedido en Chile el 11 de septiembre de 1973. Este evento nos recuerda la importancia de salvaguardar la democracia, evitar la inconstitucionalidad y resistir la llegada de gobiernos ilegítimos que acaban con la vida de pensadores y luchadores de los derechos humanos, y que llevan a la ruina lo que con tanto esfuerzo han construido hombres y mujeres de estas tierras, unidas no solo por su geografía, sino también por su historia compartida.
