Redacción. – Cada 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer, es un trastorno cerebral que destruye la memoria y las habilidades del pensamiento, dicha enfermedad requiere de especialistas capacitados con buena salud física y mental, ya que la misma no solo afecta a quienes la padecen, sino a la familia en sentido general.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 55 millones de personas tienen demencia en todo el mundo, el 60% de las cuales viven en países de ingreso mediano y bajo. Cada año, se registran casi diez millones de casos nuevos.
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La demencia afecta de manera desproporcionada a las mujeres, tanto directa como indirectamente. Estas presentan unos índices más elevados de años de vida ajustados en función de la discapacidad y de mortalidad como consecuencia de la demencia, pero también son las responsables del 70% de las horas de cuidados que reciben las personas que viven con esta condición de salud.
A veces, la persona tiene cambios de humor o de conducta antes de que empiecen los problemas de memoria. Los síntomas empeoran con el tiempo y la mayoría de las personas con demencia precisarán ayuda en su día a día.
Los signos y síntomas precoces son:
- Olvidar cosas o acontecimientos recientes
- Perder o extraviar cosas
- Perderse al caminar o conducir
- Sentirse desubicado, incluso en lugares familiares
- Serder la noción del tiempo
- Dificultades para resolver problemas o tomar decisiones
- Problemas para seguir conversaciones o a la hora de Encontrar las palabras
- Dificultades para realizar tareas habituales
- Errores de cálculo al juzgar visualmente a qué distancia se encuentran los objetos
Los cambios comunes en el estado de ánimo y el comportamiento incluyen:
- Sensación de ansiedad, tristeza o enojo por las pérdidas de memoria
- Cambios en la personalidad
- Conducta inapropiada
- Renuncia al trabajo o a las actividades sociales
- Pérdida de interés por las emociones de otras personas
La demencia afecta a cada persona de una manera diferente, en función de las causas subyacentes, otras condiciones de salud y el funcionamiento cognitivo de la persona antes de enfermar.