NUEVA YORK. Rosalinda Hernández, superintendente de un edificio en el sector de Chelsea, Manhattan, fue acusada de estafar a Antonio Rúas, un anciano de 98 años en el momento de los hechos, robándole miles de dólares mientras se desempeñaba como su cuidadora, según informó la fiscalía del distrito de Manhattan.
Hernández, además de encargarse del mantenimiento del edificio de 53 unidades, comenzó a cuidar a Rúas en 2020 durante la pandemia de COVID-19. Según el fiscal del distrito Alvin Bragg, la acusada persuadió a Rúas para que le otorgara un poder legal con el supuesto propósito de administrar sus finanzas mientras él se recuperaba de una lesión que lo dejó temporalmente fuera de la ciudad. A cambio, Rúas le ofreció $100,000 por vender su apartamento y supervisar sus cuentas bancarias.
Sin embargo, en lugar de cumplir con su responsabilidad, Hernández presuntamente emitió cheques por más de $450,000 a dos personas desconocidas para la víctima. También acumuló más de $6,000 en cargos a las tarjetas de débito y crédito del anciano, incluyendo compras de ropa, ropa interior, cortes de cabello y una suscripción a un programa de capacitación empresarial para ella y su sobrina.
Además, la acusada financió su cuenta personal de Lyft, realizando más de 900 viajes con la tarjeta de crédito de la víctima. Según los fiscales, Hernández obtuvo más de $350,000 en fondos robados durante el período de estafa.
Descubrimiento del fraude
El fraude salió a la luz cuando Rúas, recuperado de sus heridas, regresó a su hogar y retomó el acceso a sus cuentas bancarias. Fue entonces cuando descubrió las transacciones indebidas realizadas por Hernández.
La fiscalía también destacó que Hernández había sido previamente reconocida en un reportaje del New York Times en 2023, donde se le describió como “una salvavidas para inquilinos mayores”. En ese momento, se la presentó como una cuidadora y acompañante de jubilados, viudas y viudos residentes en el edificio.
Cargos y declaraciones
Hernández enfrenta cargos de hurto mayor en segundo y tercer grado. Según el fiscal Bragg, “la víctima confió en la señora Hernández para ayudarlo en un momento de vulnerabilidad, pero ella abusó de esa confianza y robó los ahorros de toda su vida por codicia personal”. Bragg también advirtió que quienes se aprovechen de adultos mayores serán llevados ante la justicia.
El abogado defensor de Hernández, Vik Pawar, aseguró que su clienta planea luchar contra los cargos.