sábado, abril 27, 2024

Dominicana es elegida para representar a Islas Caimán en Maratón de Nueva York

La dominicana Oddy Grullón fue seleccionada para representar a las Islas Caimán en el desfile inaugural del Maratón de Nueva York, la edición 51 de una de las carreras más esperadas por maratonistas de todo el mundo.

Más de 50.000 corredores se alistaron para ponerse a prueba en este circuito obligado de todos los amantes de la cultura running. Porque, en efecto, este ejercicio lleva consigo un saber profundo, casi estoico, más allá del sano deporte físico y esta dominicana, quien es publicista de profesión, ha sido una de las seleccionadas.

Nos cuenta que hace poco ella fue atacada en un intento de violación en la isla, una isla con un índice de criminalidad casi nulo. Después de meses en juicio e incluso en terapias pagadas por el mismo estado, ella decidió correr 4 maratones para recaudación de fondos destinado a mujeres víctimas de violencia. La meta eran 15 mil dólares y lo sobrepasó. Tras esa iniciativa, las autoridades de Caimán le solicitaron representar la isla en el referido desfile.

Hace 22 años por la complejidad de la economía de ese tiempo en el país, esta se vio en la necesidad de irse al extranjero. Llegó a Grand Caimán, y desde entonces se ha preparado en diversas áreas en la isla: traductora legal, policía y ahora maratonista, aunque también trabaja en una relojería como representante de diversas marcas.

«A través de mi historia y mi ejemplo, quiero crear conciencia en otras mujeres y empoderarlas para superar los desafíos que ya han experimentado o pueden enfrentar», expresó la atleta tras recibir la noticia de su logro.

Dijo que además de sus objetivos de crear conciencia e inspirar el empoderamiento, trabajará para recaudar fondos para la organización benéfica local de las Islas Caimán, el Centro de Crisis, que cree es el más cercano a los problemas que le tocó enfrentar.

«Abriré una página dedicada a la recaudación de fondos en línea, donde todas las ganancias se destinarán a esa organización benéfica. Mi objetivo será recaudar un mínimo de 10.000 KYD para la organización benéfica Crisis Center», destacó.

No es cosa sencilla, soportar 42 kilómetros (26,2 millas) es un examen en el que se manifiesta el nivel de salud, resistencia, capacidad y fortaleza física y mental si lo que se quiere es terminar la carrera, llegar a una meta. Y el maratón de Nueva York se ha caracterizado por el poder de convocatoria que tiene entre corredores del globo con hambre de triunfo. Este año reanuda sus actividades a su máxima capacidad luego de las pausas por la pandemia, por lo que espera, además de la tradicional carrera a través de los cinco condados, una fiesta que celebre la vida y la salud.

El Maratón de Nueva York, un poco de historia

La primera edición del maratón de Nueva York se festejó en 1970, casi de manera improvisada y entendida como un ensayo por los presidentes del New York Road Runners Club, Fred Lebow y Vincent Chiappetta, quienes lograron que alrededor de 130 participantes se registraran a una carrera a lo largo de un rústico camino dentro del Park Drive, de Central Park, y el costo de inscripción era más bien de carácter simbólico. A mediados de esa década la carrera empezó a crecer rápidamente gracias a la ampliación de la ruta que propuso Percy Sutton, presidente del condado de Manhattan, que contemplaba a los cinco distritos de la ciudad.

Empezada la década de los ochenta, el maratón ya figuraba como un evento internacional: miles de corredores de todo el mundo se sumaron a la competición motivados por las cada vez más sonadas hazañas que el circuito obtenía. Tal es el caso de la maratonista noruega Grate Waitz, hasta ahora la máxima ganadora de su ramo desde que el maratón de Nueva York existe. De las 10 preseas que presume el país escandinavo en la categoría femenil, nueve le fueron dadas a Waitz de forma casi seguida: fue ganadora entre 1978 y 1980; regresó al primer sitio del podio para no soltarlo por cinco años, entre 1982 y 1986. Y conquistó la gloria una última vez en 1988. Si no diosa del Olimpo, Waitz es un icono en los anales de la pista neoyorkina. La carrera ha cobrado tal relevancia que en 2014 recibió el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes.

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