São Paulo.- El trabajo infantil aumentó un 7 % en Brasil desde 2019, llegando a los 1,88 millones de niños y adolescentes trabajando en 2022, de los cuales 756,000 se encontraban en condiciones que implicaban riesgo de accidentes o peligro para la salud, informaron este miércoles fuentes oficiales.
Las cifras de trabajo infantil sufrieron un repunte en 2022 tras el descenso que venía dándose de manera progresiva desde 2016, según revelan los datos publicados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
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La proporción de personas de entre 5 y 17 años que trabajaba se situaba en un 5,2 % en 2016 y llegó a un mínimo histórico en 2019, cuando este porcentaje era del 4,5 %.
En 2022, el porcentaje de niños y adolescentes trabajadores era del 4,9 %.
«El tiempo de trabajo crece conforme la edad», afirma la coordinadora de investigaciones por muestra de domicilios del IBGE, Adriana Beringuy, que señala que un 32,4 % de los trabajadores de entre 16 y 17 años tenían una jornada de 40 o más horas por semana.
Mientras que el 97,1 % de los menores de entre 5 y 17 años brasileños asisten a la escuela, este porcentaje cae al 87,9 % cuando hablamos de menores en situación de trabajo infantil.
El escenario se agrava en el caso de aquellos trabajadores infantiles que tienen entre 16 y 17 años, de los cuáles solo un 79,5 % frecuenta la escuela.
La tasa de informalidad para esta franja de edad llegó al 76,6 % en 2022, lo que implica un total de 810,000 menores trabajando sin protección social.
Se trata de la mayor tasa de trabajo informal de menores de entre 16 y 17 años registrada en Brasil.
En cuanto al perfil de los menores trabajadores, llama la atención que en su mayoría son negros o mulatos (66,3 %) y de género masculino (65,1 %).