Villa Trina. – Karla Angélica Pérez Durán, una joven de 19 años que tenía la ilusión de contraer matrimonio con José Ángel Ureña, su pareja y verdugo, nunca imaginó que un paseo para hacerle entrega de “algo especial”, que ella pensaba sería el anillo de matrimonio, sería el final de su vida a tan corta edad.
De acuerdo con las declaraciones del agresor, los siete meses de relación con la hoy occisa fueron tranquilos, nunca discutían y ambos se aconsejaban mutuamente.
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En un video que circula en las redes sociales, se observa al joven relatar lo sucedido como si fuera un “cuento” totalmente ajeno a su realidad. Ángel Ureña, asegura que, tras el hecho, nunca duerme, e implora por el perdón de los familiares de la víctima.
«Espero que algún día logren perdonarme. Sé que lo hice, pero no estaba en mis cinco sentidos. Siento mucha pena con ellos y sé que no se la voy a devolver, pero yo quisiera morir en el lugar de ella para que ella estuviera viva. Ella era una muchachita buena también. Yo me siento arrepentido. Su familia me quería, todo el mundo y ella también y en un momento loco hago eso», narraba mirándose la uñas y un tanto nervioso.
Según su versión, el día anterior a lo sucedido, ellos habían tenido un enfrentamiento y en su cabeza se le “metió” el pensamiento de asesinarla, y que por esta razón se acostó temprano después de cenar. Pero contrario a lo que pensaba, en su cabeza seguía dando vueltas la idea de llevar a cabo el asesinato.
Al amanecer, José Ángel esperaba con desesperación la llamada de su novia con la que luego de ir al psicólogo, daría un paseo por El Mogote.
“Ella pensaba que era el anillo que yo le iba a regalar. Yo le había dicho: -babosa no me preguntes para dónde te voy a llevar, porque es para un lugar bonito a entregarte una cosa y si te digo no va a tener emoción-. Y ella me dijo que: -estaba bien-”, narró en el audiovisual.
Dijo que cuando llegaron al lugar del asesinato, Karla Angélica le cuestionó por lo solitario que estaba el lugar donde se había detenido para “orinar” y darle el regalo prometido.
Ante la insistencia de Karla, José retomó la conversación que habían tenido la noche anterior y según expresó, le pidió a su novia que le dijera la verdad sobre quién le había enviado un dinero que había recibido.
“Llegué con mi cosa en la mente, y le dije: -Babosa, el dinero que te mandaron a ti, dime la verdad. Tú sabes que no fue Agustín que te lo mandó, así que dime la verdad-. Ella me dijo que no fue él y le repetí que me dijera la verdad y le dije que llamara a Agustín y que ya había hablado con él y me había dicho que no había sido él.”
Asegura que siempre “fue al cien con ella” y que la ayudaba en todo lo que podía.
Ángel manifestó que, tras su pregunta, su pareja “se puso bruta” y que le preguntó qué el haría al respecto. Fue en ese momento que él empezó a ahorcarla, pero la soltó porque se asustó, ya que nunca había tenido problemas con nadie.
Luego de esto, repite que la joven “se puso bruta” y en ese momento él, de una mariconera (cartera) que le había regalado la madre de la fallecida, sacó una corta plumas y en el forcejeo “cree» que le cortó la garganta.
Explica que lo que más le entristece al recordar los últimos momentos que pasó con Karla, es cómo ella llamaba a su madre para que acudiera en su auxilio.
José Ángel Ureña, al culminar con su declaración a la prensa, poco antes de ser trasladado por un agente de la Policía Nacional, aseguró que se siente presionado y que le gustaría contar, con detalles, cómo sucedió todo.
