domingo, mayo 5, 2024

Empleados públicos protagonizan la «Gran Marcha de la Indignación» en Puerto Rico

San Juan. – Los empleados del sector público de Puerto Rico, principalmente maestros y bomberos, protagonizaron este miércoles multitudinarias protestas en San Juan para exigir un salario justo, en la denominada «Gran Marcha de la Indignación«.

Los primeros convocantes de esta jornada de protesta fueron los maestros, que se manifestaron así por segunda semana consecutiva pese a que el gobernador Pedro Pierluisi anunció el pasado lunes que los educadores recibirán temporalmente un aumento salarial de 1.000 dólares mensuales a partir de julio próximo.

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Entre esos miles de educadores estuvo José Guillermo Morales, maestro de música en una escuela de Las Piedras, quien dijo a Efe que acudió a la manifestación no solo por exigir un ajuste salarial, sino en defensa de las pensiones de sus colegas que se acercan a retirarse.

El salario base de un maestro en Puerto Rico es de 1.750 dólares mensuales, muy por debajo del costo de vida actual; lo que ha llevado a que muchos de los docentes tengan que tener uno o dos trabajos adicionales.

«En mi caso, que soy músico, estoy en la calle tocando, que es otro trabajo adicional. También damos clases privadas, hacemos videos instruyendo a otros en las redes y estamos en la escuela… siempre buscando sobrevivir», admitió Morales.

De todas partes de la isla llegaron los maestros a la «Gran Marcha de la Indignación», que arrancó en el parque Luis Muñoz Rivera, pasó frente al Capitolio -Legislatura- y llegó a La Fortaleza, sede del Ejecutivo.

La Gran Marcha de la Indignación

«Sin maestros, el país se paraliza», «si no hay justicia para el pueblo, que no haya paz para el Gobierno», «si se trata de enseñar, enseñamos a luchar», «le vamos a dar candela en la calle y en la escuela» y «con firmeza y con valor, yo defiendo mi pensión», fueron algunas de las consignas más coreadas.

La gota que colmó el vaso de la paciencia de muchos empleados públicos fueron unas desafortunadas declaraciones del gobernador; quien dijo el pasado lunes que «nadie está obligado» a ser maestro, policía o bombero y que esas profesiones son vocacionales.

«A él no le interesa ninguna de estas profesiones, porque él y sus ayudantes especiales cobran unos sueldos más altos que nosotros; y nosotros estamos en la miseria», denunció la maestra de preescolar de educación especial en Coamo, Lydia Nazario.

Sobre el aumento salarial de 1.000 dólares anunciado, Nazario criticó en declaraciones a Efe que el dinero proviene de fondos federales de emergencia; por lo que en cualquier momento se pueden eliminar.

Una situación similar de precariedad viven los bomberos, cuyo salario base son 1.625 dólares mensuales, y que pidieron también hoy ajustes salariales. Para demostrar su repudio, llevaron uno de sus camiones hasta la calle Fortaleza.

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