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El juez Timothy Keene de la provincia canadiense de Saskatchewan dictaminó que el emoji de pulgar hacia arriba es comparable con la firma en un contrato. El fallo corresponde al polémico caso de un agricultor que en marzo de 2021 respondió al mensaje de un potencial comprador con este emoticón.
Chris Achter recibió una imagen del contrato para el suministro de 86 toneladas de lino de Kent Mickleborough, quien quería adquirir el grano para noviembre de aquel año. La imagen iba seguida del mensaje "por favor, confirme el contrato de lino". Achter respondió enviando el emoji del pulgar hacia arriba.
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Cuando llegó noviembre, Mickleborough no recibió nada, y justo en aquel entonces el lino encareció. El hombre declaró que el símbolo del pulgar hacia arriba equivalía a un acuerdo con el agricultor. Argumentó que le había enviado muchos contratos y en ocasiones previas Achter los confirmaba a través de mensajes de texto y siempre cumplía con el pedido.
Sin embargo, el agricultor insistió en que su emoticón solo indicaba que había recibido el contrato y se negó a aceptar que sea el equivalente a "una firma digital del contrato incompleto". "No tuve tiempo de revisar el contrato de lino y simplemente quería indicar que sí había recibido su mensaje de texto", declaró.
No obstante, el juez dictaminó en junio de este año que el emoji del pulgar hacia arriba representó "una manera válida", aunque no tradicional, de firmar un documento en aquellas circunstancias. Por lo tanto, Achter incumplió el contrato y debe pagarle a Mickleboroug más de 82.000 dólares canadienses (61.442 dólares estadounidenses).
Fuente: Agencias
