domingo, abril 28, 2024

Exsupervisores de la DEA culpables por filtrar informaciones confidenciales a abogados de narcos

Miguel Cruz Tejada

NUEVA YORK.- Los ex  supervisores de la DEA, John Constanzo Junior y  Manny Recio fueron hallados culpables ayer miércoles por un jurado en la Corte Federal del Distrito Sur en Manhattan de filtrar informaciones confidenciales a poderosos narcotraficantes en el extranjero a cambio de millares de dólares en sobornos.

Los dos ex agentes federales fueron acusados de filtrar información confidencial a abogados defensores como parte de una conspiración de sobornos que según los fiscales, puso en peligro casos destacados y la vida de informantes del narcotráfico en el extranjero.

El los declaró culpables de los mismos cargos por lo que ambos se enfrentan a condenas de décadas en cárceles federales.

Los jurados los hallaron responsables  de aceptar sobornos y fraude electrónico en un juicio de dos semanas que expuso los métodos con los que la agencia anti drogas de Estados Unidos maneja secretos gubernamentales, incluido el testimonio sobre una filtración tan delicada que el juez cerró la sala para evitar lo que consideró podrían ser graves repercusiones diplomáticas.

“Es acerca de codicia y corrupción”, dijo la fiscal federal adjunta Emily Deininger en su alegato final. “Lo que hacían estaba mal y lo sabían”.

Recio y Constanzo forman parte ahora de una creciente lista de más de una decena de agentes de la DEA que han sido declarados culpables de cargos federales en los últimos años, incluido uno que lavaba dinero para cárteles colombianos.

El juicio de otro agente está previsto para enero, bajo cargos de que aceptó $250,000 en sobornos para proteger a la mafia en Buffalo, Nueva York.

Gran parte del caso se basó en mensajes de texto y llamadas intervenidas entre los agentes, que siguieron siendo cercanos luego de que Recio se jubiló de la DEA en 2018 y empezó a reclutar clientes como investigador privado para abogados defensores en Miami.

Recio pidió en varias ocasiones a Constanzo que consultara nombres de una base de datos confidencial de la DEA para mantenerse al tanto de investigaciones federales que interesarían a sus nuevos jefes.

Los dos también hablaron sobre el momento en que se realizarían detenciones a narcotraficantes  de alto perfil, y la fecha exacta de 2019 en que los fiscales planeaban presentar cargos contra el empresario Alex Saab, uno de los principales colaboradores y cobrador  del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

A cambio, Recio transfirió en secreto $73,000 en compras a Constanzo, incluidos boletos de avión y el enganche para su condominio en los suburbios de Coral Gables, Florida, expusieron los fiscales en el juicio.

La trama dependía de intermediarios, incluido el padre de Constanzo, agente jubilado y condecorado de la DEA que, según los fiscales, mintió al FBI.

La fiscalía dijo que Constanzo y Recio también utilizaron facturas falsas y una empresa cuya dirección figuraba como tienda de UPS para disimular los pagos de sobornos, al tiempo que borraban cientos de mensajes y llamadas efectuadas a un teléfono desechable.

“Una y otra vez ocultaron y mintieron”, dijo la fiscal Deininger. “A Recio y Constanzo les importaba tanto el dinero que pusieron en riesgo a personas e investigaciones”.

Recio y Constanzo no testificaron, pero han rechazado los cargos desde hace tiempo. Sus abogados dijeron que los fiscales no lograron vincular los pagos con las filtraciones, procurando hacer ver que la investigación fue especulativa y descuidada.

“Eso es una notable falta de pruebas”, dijo el abogado defensor Marc Mukasey a los miembros del jurado en su resumen. “En un caso sobre sobornos y asociación delictuosa, nadie testificó sobre sobornos y asociación de malhechores”.

La defensa también puso en duda la credibilidad del testigo estrella de la fiscalía, Jorge Hernández, un delincuente e informante que implicó primero a Recio y portaba un micrófono para que el FBI lo grabara. Hernández, conocido por el apodo de “Boliche”, dijo que había sido colocado en la lista negra de informantes de la DEA y sería ejecutado en dos horas si alguna vez regresaba a su natal Colombia.

El proceso se caracterizó por la presencia de otras figuras destacadas que evitaron ser acusadas, como los abogados defensores Luis Guerra y David Macey, radicados en Miami, que fueron mencionados en repetidas ocasiones pero no fueron convocados a testificar.

Los abogados que sobornaban a los ex agentes de la DEA recibían informaciones  previas de las detenciones federales, ya que incluían a clientes con grandes fortunas, usualmente con el objetivo de negociar un acuerdo de cooperación con el Gobierno.

Los fiscales dijeron a los miembros del jurado que los abogados corruptos habían pagado generosamente por los secretos de la DEA, pero no explicaron por qué no se acusó a ninguno de ellos.

“Este juicio ha revelado las oscuras entrañas de la abogacía defensora del narcotráfico”, dijo Bonnie Klapper, ex fiscal federal a la agencia AP que ahora defiende a acusados de lavado de dinero y narcotráfico.

“Si la evidencia es como se presentó durante el juicio, es impactante que los propios abogados no fueran acusados”, añadió.

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