Hoy se conmemora el 146º aniversario del fallecimiento de Juan Pablo Duarte, una de las figuras más importantes y reverenciadas en la historia de la República Dominicana. Duarte, conocido como el Padre de la Patria, jugó un papel crucial en la independencia del país, liberándolo del dominio haitiano y estableciendo los cimientos de la nación dominicana.
Legado de Juan Pablo Duarte
Nacido el 26 de enero de 1813 en Santo Domingo, Duarte fue un visionario que dedicó su vida a la lucha por la independencia de su patria. Como fundador de la sociedad secreta La Trinitaria, impulsó el movimiento que culminaría en la proclamación de la independencia el 27 de febrero de 1844. Su liderazgo y sacrificio son recordados y celebrados como un ejemplo de patriotismo y amor por la libertad.
A Duarte le fue ofrecida una pensión honorífica que fue incumplida y se quedó a vivir en Venezuela, donde fue bien recibido junto a su familia, subsistiendo de ingresos provenientes de una fábrica de velas. En 1875, a pesar de que el presidente dominicano Ignacio María González le pidió que regresara e igualmente lo hizo Luperón, no obstante Duarte se sintió a gusto en Venezuela. Duarte se quedó a vivir con su familia en la ciudad de Caracas hasta su fallecimiento el 15 de julio de 1876. Sus restos fueron trasladados a suelo dominicano en 1884 por el Gobierno de Ulises Heureaux, quien lo declaró Padre de la Patria junto a Sánchez y Mella. En 1944, los restos de los tres héroes nacionales fueron sepultados en el Altar de la Patria, donde se encuentran hoy en día.
El patricio sentó las bases para el advenimiento de una República que como estado democrático garantizara la igualdad de oportunidades y la libertad de sus ciudadanos.
Duarte no solo se distinguió por su valentía en la lucha armada, sino también por su integridad y su compromiso con los principios democráticos. Su visión de un país libre, justo y soberano sigue siendo un faro para los dominicanos, guiando las aspiraciones y esperanzas de la nación.