Santo Domingo. – La conectividad 6G promete mucho más que altas velocidades de navegación y menor latencia, ya que los servicios que serán posibles van más allá de las comunicaciones.
De acuerdo con Peiying Zhu, vicepresidente senior de investigación inalámbrica en Huawei, el 6G se parece más a una «red neural distribuida con enlaces de comunicación, en la que el centro de datos se convertirá en el centro neural y los nodos de borde se convertirán en bordes neurales».
Continuando con esta línea de pensamiento, el 6G estará formado por una red de sensores y dispositivos que se pueden utilizar para percibir el entorno a través de ondas de radio.
Como resultado, se produce la llamada comunicación Virtual-X, que permite la realización conjunta de tareas en el mundo real y virtual.
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Naturalmente, los usuarios sólo están preocupados por los casos de uso y los beneficios que esta tecnología nos puede traer, y podemos anticipar que la lista es bastante extensa.
Algunos de los casos de uso típicos de 6G son la comunicación haptica, multisensorial y holográfica, que tienen un enorme potencial para crear experiencias inmersivas.
Pero ésta es sólo la punta del iceberg, ya que las aplicaciones se extienden a la conducción autónoma del Nivel 5, la robótica y el cuidado de salud inteligente, y la inteligencia artificial como servicio.
Por lo tanto, las capacidades clave de la sexta generación de redes residen en la inteligencia nativa, la conectividad extrema y las redes no terrenales integradas, sólo por nombrar algunas.
Sin embargo, aún queda mucho por recorrer y muchos debates abiertos antes de que se pueda establecer un estándar mundial de 6G.
Razón por la cual lo que se ha expuesto hasta ahora es sólo la visión de uno de los actores, pero no es por eso que deba subestimarse.