Roma.- El vicepresidente italiano y ministro de Infraestructuras, Matteo Salvini, instó hoy a la Unión Europea a «moverse» ante la llegada a su territorio de nuevas variantes de covid-19, como ha hecho Italia, el primer país europeo en imponer una prueba negativa a los viajeros procedentes de China y al que este viernes se ha sumado España.
«Lo importante es que de momento no hay nuevas variantes, está ómicron, sobre la que los italianos están seguros» y «cuento con que pasen un Año Nuevo y una Epifanía tranquilos», pero la llegada de «nuevas variantes sería un problema», dijo Salvini a los medios al margen de un acto público en Roma.
En ese caso, «Europa debe moverse, no Italia sola», explicó, antes de añadir: «Podemos hacer pruebas en (los aeropuertos de) Fiumicino, Malpensa, pero Europa debe moverse. Esta mañana he hablado con la Comisaria europea de Transportes y por el momento no ve la necesidad de intervenir».
La primera ministra, Giorgia Meloni, ya pidió este jueves a la UE que actúe en ese sentido, ya que la obligatoriedad de que los pasajeros de China presenten un test negativo a su llegada al país «no será eficaz si no se hace a nivel europeo».
Sin embargo, la Comisión Europea se ha limitado a subrayar la importancia de la «coordinación» de las medidas nacionales entre los Veintisiete ante la emergencia de infecciones de coronavirus en China.
A pesar de que en Italia «los casos están disminuyendo» y «la situación está absolutamente control», según Meloni, el Ministerio de Sanidad recomendó hoy la utilización de mascarillas en interiores, el aumento del teletrabajo y la limitación de reuniones masivas en caso de que la situación epidemiológica empeore.
En una circular enviada a las regiones con ‘Intervenciones previstas para la gestión de la circulación del SarsCoV2 en la temporada de invierno 2022-23’, también se pide que se refuercen los sistemas de vigilancia y se aumente la secuenciación genómica para detectar nuevas variantes del virus SarsCoV2.
«Será esencial garantizar un volumen de secuenciación suficiente para controlar los virus circulantes y la aparición de nuevas variantes, así como una capacidad de diagnóstico adecuada de los laboratorios», por lo que «se recomienda encarecidamente, al menos en hospitales y salas de urgencias, recoger muestras para pruebas moleculares (…) en cada región» ante la emergencia china.
Meloni insistió ayer, en la rueda de prensa de final de año, en que ante los nuevos casos que están llegando de China, la solución son los controles: «Los test y las mascarillas serán útiles, las privaciones de libertad conocidas en el pasado no son necesarias. Lo hemos visto en China, hay que trabajar en la responsabilidad de los ciudadanos».
En la última semana, el comité directivo del Instituto Superior de Sanidad italiano realizó un seguimiento de la evolución del contagio de Covid en China que reveló que en el aeropuerto de Malpensa (Milán), uno de los de mayor tráfico de Italia, casi un pasajero de cada dos procedente de ese país era positivo.
Por su parte, el aeropuerto internacional Leonardo da Vinci-Fiumicino, situado en las afueras de Roma y el más importante de Italia, ya ha establecido un protocolo para aislar a quienes tengan la enfermedad..
Italia, destino para millones de turistas de todo el mundo, se convirtió hace casi tres años en el epicentro occidental de la pandemia surgida en China, semanas antes de que la enfermedad se extendiera por el mundo y decenas de países impusieran cuarentenas.