Barcelona.- Las células de los murciélagos disponen de barreras moleculares específicas que impiden la infección de coronavirus, según un estudio internacional que publica la revista «Journal of Virology».
La comunidad científica descubrió hace tiempo la gran resistencia de algunas especies de murciélagos ante la infección vírica por coronavirus, motivo por el cual son la pieza clave de muchos estudios epidemiológicos e inmunológicos internacionales, informa la Universidad de Barcelona, que ha participado en la investigación.
El estudio, publicado por la revista de la Sociedad Americana de Microbiología, se llevó a cabo con células primarias de distintas especies de murciélagos que circulan por Europa y Asia mediante pequeñas biopsias en las alas de estos animales.
La investigación fue liderada por varios expertos internacionales, entre ellos el profesor de la Universidad de Barcelona Jordi Serra-Cobo, especialista en estudios con murciélagos como reservas naturales de agentes infecciosos como los coronavirus.
Según Serra-Cobo, los resultados del estudio revelan que «ninguna célula fue permisiva a la infección por covid, ni siquiera las que expresaban niveles destacables de una enzima que sirve como receptor viral en muchos mamíferos».
«Tampoco permitieron la infección las células de una especie de murciélago donde se encontró el virus BANAL-52, un antepasado potencial del SARS-CoV-2 que presenta un 96,8 % de similitudes con el coronavirus que conocemos» explicó el profesor.
El sistema inmunitario de estos mamíferos voladores está siempre en prealerta, condición que los permite responder con más rapidez ante las infecciones víricas, pero que en la mayoría de mamíferos causaría graves problemas de inflamación.
Desde una perspectiva global, este estudio contribuye a conocer mejor los mecanismos de lucha contra las infecciones víricas y a investigar la relaciones evolutivas entre murciélagos y covid.
«El estudio de las adaptaciones evolutivas de los seres vivos para hacer frente a las infecciones víricas tiene un interés capital, ya que proporciona información que puede tener aplicaciones médicas», concluye el biólogo Serra-Cobo.