Tras el pistoletazo inicial de los caucus de Iowa, la batalla por la nominación republicana para las elecciones presidenciales de noviembre continuará en solo tres días en Nuevo Hampshire, un pequeño estado al noroeste del país de mayoría blanca y donde abundan los votantes independientes.
Las primarias en el «estado del granito», apodado así por la roca que configura su paisaje, se verán definidas por el esfuerzo de la exembajadora ante la ONU Nikki Haley por posicionarse como la alternativa al estrambótico proyecto del expresidente Donald Trump y enterrar las esperanzas del gobernador de Florida, Ron DeSantis.
Nuevo Hampshire es el primer estado en celebrar elecciones internas de cada partido con el modelo tradicional de primarias, una papeleta con las diferentes opciones, en vez de un “caucus”, un complicado sistema de comicios de tipo asambleario.
Es por este motivo que la contienda ha tenido históricamente una gran importancia mediática y política, ya que sirve de barómetro para medir la fuerza de las diferentes candidaturas y permite a los aspirantes a la nominación ganar puntos entre el electorado y los donantes de cara los siguientes estados en el proceso de primarias.
La candidatura de Haley, también exgobernadora de Carolina del Sur, se enfrenta a una importante prueba en Nuevo Hampshire y su equipo ha intentado poner toda la carne en el asador, celebrando más de 40 eventos en el mes previo a las primarias.
Aún así, a pocos día de la votación el portal de análisis de encuestas FiveThirtyEight la coloca con un 33.8% de intención de voto en el estado, por debajo de un 49.1% que amasa Trump.
Un tipo muy particular de votantes
En cualquier caso, Haley ha reducido la brecha con Trump en los últimos meses, aprovechando que Nuevo Hampshire es terreno fértil para sus ideología, basada en el rechazo a la intervención del Estado en la vida de los ciudadanos, especialmente en el terreno económico.
Nuevo Hampshire destaca por tener un 39% de votantes independientes, es decir, no afiliados ni al partido republicano ni al demócrata.
Esta característica del estado podría favorecer a Haley, ya que los independientes tienen derecho a participar en las primarias republicanas, según explicó el analista político Dante Scala a EFE.
“Entre más personas salgan este domingo a votar en las primarias, será mejor par Haley porque eso significa que muchos de esos votantes independientes están participando”, señaló Scala, que trabaja como profesor de ciencia política en la Universidad de Nuevo Hampshire.
Sin debates televisivos
Otra particularidad de estas primarias será la ausencia de los tradicionales debates televisados programados para el jueves y el domingo, los cuales fueron cancelados.
Trump, que no ha participado en ningún debate, rechazó la invitación una vez más, envalentonado por una aplastante victoria del 51% en los caucus de Iowa, y con un apretado calendario judicial debido a los múltiples juicios en su contra.
Ante la ausencia de Trump, Haley anunció que tampoco participaría a menos que el expresidente estuviera presente, en un intento de posicionarse como su alternativa y menospreciar a DeSantis, cuya intención de voto en Nuevo Hampshire es solo del 4.9%.
La controversia de los demócratas
Del lado demócrata, las primarias están envueltas en una controversia técnica, debido a la decisión del partido de romper con una tradición centenaria y dar inicio a su temporada electoral en Carolina del Sur.
La ley de Nuevo Hampshire obliga a los partidos a celebrar las «primeras» primarias en el país y como resultado, se llevará a cabo una votación que no será reconocida por el Comité Nacional Demócrata y con el principal candidato, el presidente Joe Biden, por fuera de las papeletas.
Los otros aspirantes demócratas, con apoyo residual dentro de la base, como la autora de libros de autoayuda Marianne Williamson y el congresista por el estado de Minnesota, Dean Phillips, sí participaran en las primarias.
A su vez, una inusual campaña, con el apoyo de legisladores nacionales y figuras demócratas de Nuevo Hampshire, busca animar a los votantes a escribir el nombre de Biden en la papeleta, para demostrarle lealtad al partido a pesar de la disputa interna.