Este miércoles, entró en vigencia la ley que prohíbe los abortos después de las seis semanas de embarazo en el estado de Texas, en EE.UU.
La nueva legislación es parte de una serie de restricciones del aborto, promovidas por la campaña ‘latido del corazón’ y recientemente promulgadas por gobernadores republicanos, que a diferencia de las leyes antiaborto de otros estados, prohíbe a los funcionarios estatales hacerla cumplir y, en cambio, permite a cualquier persona denunciar a los proveedores de estos servicios o a cualquiera que ayude a una mujer a interrumpir voluntariamente el embarazo después del plazo establecido.
Esta prohibición que no tiene excepciones para casos de violación o incesto, únicamente para casos de emergencias médicas, fue firmada por el gobernador del estado de Texas, Greg Abbott, el 19 de mayo, cerca del final de la sesión legislativa del estado.
Según Planned Parenthood y Whole Woman’s Health, esta ley amenaza el acceso a los abortos en todo el estado, ya que la mayoría de las personas que se someten a uno tienen al menos seis semanas de embarazo.
Por su parte, algunas clínicas de aborto en Texas, motivadas por las condiciones de ejecución de esta ley, ya rechazaban pacientes en el límite del plazo establecido, incluso antes de que la nueva ley entrara en vigencia.
Asimismo, desde mediados de agosto, los 11 centros de salud de Planned Parenthood en el estado dejaron de programar citas después del 1 de septiembre para abortos que contemplen seis o más semanas de gestación.